De la Cátedra de Ponce al triunfo de Olga Casado en la puesta de largo madrileña en la Corrida solidaria por Valencia en Vistalegre, Madrid


Se llenó el Palacio Vistalegre al reclamo del toreo y la solidaridad. El mundo del toro quiso poner este domingo su granito de arena para paliar la desgracia que azotó en forma de DANA a la región valenciana hace ahora un mes





Un emocionante prólogo con el himno de Valencia cantado por Francisco, un paseíllo al que sucedió un minuto de silencio en el que más de una lágrima se soltó y que desembocó en el Himno Nacional de España que se escuchó con solemnidad y pasión. El pueblo salva al pueblo se leyó en una senyera valenciana. El pueblo estuvo representado en el coso cubierto madrileño.

Y el mundo del toro respondió como como mejor sabe hacerlo. Volcándose en la organización de un cartel de fuste y alicientes y, además, dejando un grato sabor de boca a los aficionados que se acercaron hasta el barrio de Carabanchel para disfrutar de seis toreros de contrastada carrera y de una incipiente novillera que se llevó al público de calle con una impactante actuación.

Abrió plaza un novillo de Garcigrande al que le costó romper en las sabias manos de un Enrique Ponce de riguroso luto en su vestido corto. El valenciano, maestro en alturas y distancias, impartió magisterio templando a media altura, aprovechando las inercias y bondades que tuvo el pitón izquierdo del animal del hierro salmantino. Dio una vuelta al ruedo.

Sebastián Castella también se las vio con un toro de Garcigrande al que toreó con expresión y gusto en el saludo capotero y en el inicio de faena. El galo supo conducir con mando las embestidas del astado hasta que éste dijo basta y se rajó. Paseó una oreja.

José María Manzanares lidió un deslucido ejemplar de Jandilla con el que expuso y al que robó muletazos de mérito pese a las ásperas embestidas que tuvo el pupilo de Borja Domecq.

La tarde remontó con la salida al ruedo de un notable ejemplar de El Freixo en cuarto lugar. Un animal que salió ya descolgado de cuello y que embistió con ralentizada y humillada clase. Talavante se arrebató y puso a Vistalegre en pie con una faena firmada a golpe de inspiración y buen toreo. Lo mató de un perfecto volapié y paseó las dos orejas mientras al toro de El Juli se le premiaba con la vuelta al ruedo.

Igual balance se vivió en el quinto toro, un ejemplar de perfectas hechuras de Domingo Hernández que cantó su prontitud, calidad y movilidad desde que salió por chiqueros. Fernando Adrián se explayó en una actuación vibrante de principio a fin. Dejó una gran media tras un quite a la verónica, comenzó la faena de rodillas toreando al natural con gran exigencia y después, ya incorporado, torear con mando y profundidad por ambos pitones. Vibró Vistalegre, que le premió con el doble trofeo tras un contundente espadazo.

Andrés Roca Rey no pudo lucir ante un ejemplar de Cuvillo muy menguado de casta con el que el peruano estuvo esforzado y responsabilizado a pesar de las pocas prestaciones de su oponente.

Pero el impacto de la tarde llegó en el séptimo novillo. La novillera Olga Casado lidiaba este domingo su primer novillo picado y llenó Vistalegre de buen toreo y sensación de firme promesa con un futuro brillante. Tras sacudirse los nervios mostrados en los primeros tercios y brindar su faena a Isabel Díaz Ayuso, la alumna de la Escuela Yiyo toreó con temple, mando y buenas formas a un buen novillo de Garcigrande que siempre fue a más, como la faena de Olga. Bramaron los tendidos del coso cubierto, que premiaron con las dos orejas y el rabo a la joven novillera, poniendo así broche de oro a un festejo ya para el recuerdo.

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