El origen de la finca se remonta al 1077 d.C., época en la que perteneció al Monasterio de Santa María de Herrera. Un conjunto arquitectónico de singular belleza, siendo los Montes Obarenes quienes arropan mucho más que cepas de Viura, Tempranillo y Mazuelo. De origen medieval, la configuración monumental dota a la Hacienda El Ternero de la capacidad de respetar el más absoluto placer de la elegancia de la piedra y la viña. Monasterio, cuartel, escuela... incluso un hospital de peregrinos del Camino de Santiago y la Ermita que venera la imagen de la Virgen de la Pera.
En el corazón de la finca se encuentra a bodega; edificios de piedra de los siglos XVII, XVIII y XIX donde elaboramos nuestros vinos de manera casi artesanal, lo que nos permite prestarles la atención que merecen

Dos de sus cuatro vinos toman protagonismo. Vinos que respetan la tradición, uvas arropadas por la sillería y mampostería entregando a sus caldos un sabor especial y único que les hace tener carácter y personalidad.

Suelos poco profundos, con un importante porcentaje de caliza, diferentes altitudes y orientaciones, rodeados de bosques, hacen que estas vides se desarrollen en un entorno privilegiado dotando a las uvas que producen de una personalidad especial, ideales para elaborar grandes vinos de guarda y con el carácter propio de nuestro terruño
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