Vayamos un paso más atrás; tras la disolución de la Orden sacro - militar del Temple, los Pobres Caballeros Templarios, con la caída del último Gran Maestre Jacques Bernard de Molay, muchos de ellos perecieron puesto que al llegar a ser más poderosos que los estados incluso que el Vaticano, se decretó la orden de castigarles; 1312, año en el que los Templarios son acusados de los más graves pecados, iniciándose así un proceso judicial promovido por el Felipe IV y el Papa Clemente V. Muchos de los miembros de la Orden del Temple se refugiaron en diversas órdenes monásticas, principalmente en los Franciscanos, Benedictinos y Cistercienses; ésta última, según cuentan leyendas, fundada por las mismas reglas Templarias en 1098 mucho antes de su desaparición dedicándose a la protección civil, obediencia a Dios, castidad y pobreza. Una obra monástica fundacional de la mano de su precursor y fundador San Roberto de Molesmes, en la Abadía de Citeaux, enmarcada en la región francesa de Borgoña.
* * *
Con el paso del tiempo... la Orden de San Benedicto sufre un cambio radical; una congregación considerable de monjes cambian los hábitos. Mucho más que una capa por otra. Un número respetable de Benedictinos que rendía honor y tributo a San Benedicto decide acogerse a la Orden del Císter. Por aquellos tiempos, la Orden Benedictina recibía diversidad de tributos y ofrendas, a la vez que sus arcas disminuían por motivos culturales puesto que es bien sabido que fueron los precursores y creadores de la cultura europea. Es el momento en el que este grupo de monjes Benedictinos se acogen a la Orden Cisterciense puesto que se decía que "la Orden de la que venían era poco austera".
Restaurada la regla benedictina, siendo ésta inspirada en la reforma gregoriana, la Orden Cisterciense es promotora del ascetismo y hasta bien entrada la Revolución Francesa, esta orden monástica cumplía con rigor litúrgico, social, así como en los ámbitos intelectual, económico, artístico y espiritual. Monjes blancos; túnica blanca y escapulario negro, segundo hábito poco usado por algunos miembros de los Caballeros de la Orden del Temple.
Restaurada la regla benedictina, siendo ésta inspirada en la reforma gregoriana, la Orden Cisterciense es promotora del ascetismo y hasta bien entrada la Revolución Francesa, esta orden monástica cumplía con rigor litúrgico, social, así como en los ámbitos intelectual, económico, artístico y espiritual. Monjes blancos; túnica blanca y escapulario negro, segundo hábito poco usado por algunos miembros de los Caballeros de la Orden del Temple.
Comentarios
Publicar un comentario