A una persona del siglo XXI le resulta difícil imaginar la omnipresencia de la música en las sociedades antiguas. (...) Exposición, que invita a recorrer, a través del hilo conductor de la música, cuatro civilizaciones antiguas; Oriente, Egipto, Grecia y Roma.
Enmarcado en el Caixa Forum de Madrid, Músicas en la antigüedad; una reinterpretación de crótalos y trompetas, que con la colaboración conjunta con el Musée du Louvre y el Musée du Louvre-Lens, presenta la más absoluta y exquisita exposición temporal en el corazón del madrileño barrio de Recoletos.
La música, omnipresente en las sociedades antiguas, tenía funciones diversas. Interpretada por músicos profesionales y aficionados, que además acompañaba a la sociedad en diversidad de etapas de la vida. Desde la celebración del bautizo hasta su fallecimiento. Acontecimientos sociales, campo de batalla, rituales religiosos y culturales, danzas, banquetes... Instrumentos, que tras un minucioso proceso de rehabilitación y conservación, demuestran el poder de la música desde tiempos inmemoriales. Figuras representativas, iconografías, esculturas, ánforas... todas ellas en relación a la diversidad de actos en los cuales la música tenía un papel fundamental.
El sonido de la música fue por tanto de tal magnitud que permitió su gran alcance geográfico y a su vez cronológico en el tiempo, en el que diferentes culturas y sociedades en el transcurso de la historia han permitido intercambios, influencias e hibridaciones considerando así a la música como el mayor patrimonio material e inmaterial desde el origen de la humanidad.
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