'Cuando pitos, flautas' y 'Cuando flautas, pitos', una novela ambientada en el Madrid de los Austrias



Dibujar los trazos de la vida de un personaje que existió en tiempos pasados para alumbrar un poco más la historia es una labor prácticamente mágica


El escritor Antonio Escribano hace desfilar a todos los personajes que vivieron la realidad del siglo XVII y a otros rescatados de su imaginación en Cuando pitos, flautas Cuando flautas, pitos de manera que consigue una aleación perfecta entre el entretenimiento y la divulgación histórica.

En medio de un ambiente festivo en las calles y las plazas madrileñas, y de los enredos y contubernios de la corte de Felipe IV se encuentran dos personajes centrales que hacen girar la trama y mantener expectante al lector: el enano Diego de Acedo y el gigante Joan Biladons, cuyas vidas se entrelazan bajo el influjo del destino.

"Lo cierto es que yo pretendía fabular y narrar sobre ese periodo de la historia y la literatura españolas que se ha dado en llamar Siglo de Oro. Para hacerlo con libertad creativa necesitaba un personaje histórico del que apenas se tuvieran datos biográficos, y eso es lo que ocurre con Diego de Acedo".

Durante el repaso de sus vidas que tan acertadamente escribe Antonio Escribano, se traza también un dibujo realista sobre la sociedad de aquella época en donde el ambiente literario estaba en auge, las disputas poéticas eran populares y los alardes de poder de la corte se reflejaban en toda la ciudad.

Todo comienza con el nacimiento de Diego de Acedo, apodado el Primo. Abandonado a su suerte siendo un bebé, el enano que llegó hasta todos gracias al cuadro Bufón con libros de Velázquez, es rescatado por un hombre acromegálico llamado Joan Biladons.

"El enano Acedo y el gigante Biladons son la imagen perfecta del gusto que el Barroco sentía por los contrastes extremados, y no solo en lo físico sino también en lo mental: inteligencia y autoestima notoria en el primero, mientras que el segundo apenas rebasaba la inteligencia de un niño de ocho años que viviera en una eterna y feliz candidez".


¿Era Diego realmente un bufón que acompañaba al rey? ¿Cómo llegó a formar parte de la corte?

La historia se enreda ante la mirada atenta del lector, pues tanto Diego como Biladons tendrán que sufrir diferentes desafíos. Para empezar, el enano, siendo aún una criatura, es raptado y explotado por dos delincuentes desalmados, el rufo Perojo y Antona la refitolera, quienes lo alquilan a la mendicidad madrileña para suscitar la compasión y las limosnas de las buenas gentes; pero, al fin, el gigante logra encontrarlo y arrancarlo de las garras de sus captores, acción en la que mata al primero y deja malherida a la segunda. Sin embargo, por tales hechos es condenado a remar diez años en las galeras del rey, que se prolongan en accidentadas aventuras por todo el Mediterráneo.

Mientras, el joven Diego se convertirá en un personaje ilustrado que lo llevará finalmente a trabajar en la Estampilla real.

A través de una mirada certera por parte del autor, todo aquel que se sumerja en las páginas de Cuando pitos, flautas y Cuando flautas, pitos recorrerá un pasaje pormenorizado, muy bien relatado, con las idas y venidas de todos los personajes de palacio, las fiestas en el centro de Madrid y el ambiente que reinaba de manera tan palpable que le parecerá caminar por las calles de la capital y entretenerse con las mojigangas, los juegos de cañas o el teatro de Lope De Vega.

"La diosa Fortuna puede sonreírnos y colocarnos en lo más alto, en pinganitos según expresión de la época, o negarnos su favor y hacernos caer en lo más bajo. Y así es como discurren las vidas de los protagonistas de la novela, siempre pendientes del hilo que Fortuna podría cortar en cualquier momento".

Intrigas, rencillas, amoríos, pasiones y demás correrías se desarrollan ininterrumpidamente en esta indispensable novela que hará las veces de máquina del tiempo para volver al presente con la sensación de saber que la historia es un hilo irrompible que conecta universalmente.

Pues como dice el propio Antonio Escribano "Si cultivamos la lectura podremos desvivirnos, dicho sea en el sentido más primigenio del verbo: dejar nuestras vivencias a un lado, olvidar los sinsabores o preocupaciones del vivir cotidiano para adentrarnos en otros mundos ajenos y desconocidos".


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