Elaborados por el método tradicional, los vinos espumosos se han convertido en una oferta alternativa para las fiestas navideñas
Ligados a festividades navideñas y celebraciones, y todavía relegados a una demanda más estacional vinculada a ciertos clichés en su consumo, los vinos espumosos con Denominación de Origen La Mancha buscan hacerse el hueco que ya han conseguidos otras gamas de vino, como los tintos jóvenes o los vinos tradicionales, algo llamativo si tenemos en cuenta que variedades como el Airén son excepcionales para la elaboración de este tipo de vinos, que también solemos encontrar elaborados con tras uvas como la Macabeo o la Chardonnay.
En esencia, son vinos caracterizados por la segunda fermentación en botella, lo que provoca un carbónico endógeno, que define en aroma y gusto a este tipo productos.
En la Denominación de Origen La Mancha, su pliego de condiciones marca “graduación alcohólica total mínima de 10,5% vol, debiendo tener como vino base características analíticas reflejadas para los vinos Jóvenes o Tradicionales”.
Maridaje y consumo
Es precisamente esa burbuja la que marca la identidad de los espumosos. En el público más fiel y habituado a este tipo de vinos, se reclama una mayor presencia en la mesa, encontrando, prácticamente armonía con todo tipo de menús, en función de su contenido de azúcar total (fructosa y glucosa).
Así, la gama de espumosos se adapta a gustos y paladares. Los consumidores más avezados sitúan sus preferencias en espumosos más secos, llamados Brut nature cuyo contenido en azúcar deberá ser inferior a 3 g/l. De ahí, se pasaría a los Extra Brut (0 a 6 g/l) o los Brut (inferior a 12 g/l) para optar a los espumosos, que tradicionalmente acompañan las los dulces de sobremesa con los semisecos (de 32 a 50 g/l) o propiamente dulces, (superior a 50 g/l).
¿Cómo disfrutar catando un espumoso?
Glamour y cierta etiqueta acompañan a este tipo de vinos, que no obstante, pueden encontrar un lugar en nuestra mesa en ocasiones ordinarias. Apreciar su calidad y sus características más peculiares es asequible si atendemos, por ejemplo, a su burbuja. Ésta debe ser fina, formando un rosario y corona persistentes. En nariz, los espumosos mantienen la esencia de los jóvenes con aromas frescos y frutales pero con ciertos recuerdos de levadura asociados a aromas de panadería, frutos secos y confitería.
En boca, los espumosos se caracterizan por su burbuja, cremosa y adecuada, sin empachar el paladar remarcando las sensaciones frescas de la fermentación primaria.
Habitualmente, se recomienda consumir los vinos espumosos muy fríos (5-7 grados) en una copa de flauta para evitar así una dispersión del gas carbónico.
¿Cómo identificarlos?
Al igual que el resto de vinos con Denominación de Origen La Mancha, deben ir provisto de una tirilla o precinta de garantía en la que, junto con la tradicional figura de El Quijote que identifica los vinos de calidad manchegos, también se indicará “método tradicional” o “espumoso”.
¿Dónde encontrarlos?
Actualmente, un ramillete de bodegas elaboran vinos espumosos con método tradicional en la Denominación de Origen La Mancha, cuya oferta puedes consultar en este link: https://bodegasdelamancha.com/
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