Las paredes de la cueva son de papel y cartón, y las pinturas y las figuras y artefactos que la pueblan no han sido elaborados por hombres prehistóricos, sino por alumnos de 1º de la ESO del Colegio Base. Pero el proyecto de “neocueva” es tan ambicioso y su resultado tan impactante, que alumnos y docentes del colegio están pasando por ella para que todo lo que han aprendido sus creadores se comparta por el resto de la comunidad escolar
La idea surge el pasado mes de julio, cuando empezando a preparar el curso 2021-2022, las profesoras Ana Rico y Marta Marín-Lázaro de Artes Visuales, y Miriam Álvaro y Félix Almazán de Individuos y Sociedades, descubren lo que Félix define como “una interesante conexión entre nuestras asignaturas para el curso de 1º ESO”. Ahí nace la “neocueva”, este proyecto interdisciplinar, inscrito en el marco metodológico del Programa de Años Intermedios (PAI) equivalente a Secundaria en el Bachillerato Internacional.
La “neocueva”, consistiría en una instalación expositiva creada por los alumnos, que recrea una cueva prehistórica. La idea era recoger lo aprendido por estos, sacarlo del aula y compartirlo con el resto de profesores y alumnos del Colegio Base. De esta manera, explica Félix, “los estudiantes ya no solo serían alumnos de 1º ESO, sino que se convertirían también en profesores de sus compañeros y en guías de los docentes, a través de una muestra que recoge su dedicación”.
Proyecto interdisciplinar
En Individuos y Sociedades, Miriam y Félix alternaron las clases sedentarias –más teóricas, de conocimiento y comprensión–, con clases nómadas –investigación, pensamiento crítico y comunicación– tanto dentro como fuera del aula. Los alumnos se dividieron en dos grupos de trabajo, profundizando en el estudio de dos pinturas rupestres –cronología y localización; técnicas de elaboración; materiales, colores; descripción e interpretación– y de una escultura, que fue reproducida con arcilla. Con todos esos conocimientos, los alumnos visitaron un lugar real donde está documentada la presencia humana en el calcolítico, la cueva y la recreación del poblado de los Enebralejos, en Prádena, Segovia.
Paralelamente, en Artes Visuales, Ana y Marta rodeaban a los alumnos de imágenes relacionadas con la Prehistoria. Estos crearon dibujos de animales prehistóricos representados de forma realista, figurativa y abstracta y diseñaron revistas en las que trabajaron la comunicación visual.
Construir la cueva
La creación de la cueva ha supuesto la fusión de las materias, ya que se trata de una instalación expositiva de todo lo trabajado desde ambas asignaturas, que se ha convertido en un nuevo espacio de aprendizaje del colegio. Vigas de madera, placas de cartón y papel continuo han servido para construir el espacio físico donde los alumnos han recreado las pinturas prehistóricas: símbolos de diversa índole, dibujos antropomorfos y toda una serie de animales.
El impacto entre el alumnado de 1º de la ESO ha sido muy importante, como muestran algunos de sus comentarios recogidos en artículos críticos que escribieron sobre su trabajo. “Estamos muy felices con el resultado, ya que hemos conseguido representar lo que queríamos con mucho trabajo y esfuerzo. Este proyecto es uno de los más divertidos que hemos hecho. Con papel y cartón representamos a la perfección una cueva de verdad, parecida a la que fuimos a visitar en Segovia”, explican Blanca Muñiz y Rocío de la Sierra. Mientras, Yongen Shao y Carlos Rodríguez-Láfora aseguran que “este trabajo nos ha parecido de los mejores proyectos que ha organizado el colegio” y Alba Buendía y Julia Díaz explican que “nos sentíamos en la piel de los prehistóricos realizando su arte, este proyecto nos ayudó a entender más su vida”.
Un proyecto abierto a la comunidad educativa
El proyecto no ha concluido, sino que se ha abierto al resto del colegio, con una intensa programación de visitas guiadas. Ahora los alumnos de 1º ESO, creadores de la “neocueva”, hacen de guías al resto del colegio. Los primeros fueron los alumnos de 2 años que se mostraron muy interesados en las pinturas y, sobre todo, en el suelo de la cueva, lleno de piñas, arena, palos y demás artefactos. También han ido los de 5 años, y hasta los mayores de 1º y 2º Bachillerato LOMCE e Internacional. Y el listado de peticiones de visitas no deja de aumentar.
“Lo cierto –concluye Miriam Álvaro– es que este proyecto sigue creciendo, y nosotros con él. Es indudable que el trabajo colaborativo hizo que nos nutriéramos profesionalmente, implicando a la comunidad educativa y disfrutando todas las etapas del colegio de un proyecto interdisciplinar que sigue vivo y que continuará con nosotros”.
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