Cazadores y gestores aportan agua y alimento a las especies que se encuentran en un periodo muy sensible
La sequía y las altas temperaturas, anómalas para esta época del año, están suponiendo una grave amenaza para la fauna silvestre de todo el país, que se encuentra además en un momento muy sensible para su supervivencia, la época de cría.
Cada año, gestores y cazadores que gestionan el 87 % del territorio nacional que se corresponde con cotos de caza, aportan agua y comida a través de charcas, bebederos y comederos para que estas especies puedan sobrevivir, algo que este año se está volviendo de especial importancia debido a la falta de lluvias y a las temperaturas extremas registradas, más habituales en los meses de julio y agosto.
A través de estas instalaciones, que sufragan íntegramente propietarios de fincas y cazadores, y junto con el mantenimiento de cursos naturales de agua, aves, mamíferos y reptiles encuentran recursos hídricos y alimento, siendo una de las principales medidas de gestión de hábitat y conservación que se desarrollan en los cotos españoles.
De hecho, en un estudio realizado en España mediante foto-trampeo en puntos de agua dirigidos a la caza menor (Armenteros y colaboradores, 2021), se identificaron 54 especies de aves, 14 de mamíferos, 6 reptiles y 1 anfibio. Globalmente, los puntos de agua y comederos eran visitados tanto por la caza menor (perdices, conejos y liebres, 55 % de las visitas) como por especies no cinegéticas (45 % de las visitas).
Y es que cabe recordar que, de media, los cazadores invierten al año más de 233 millones de euros en actuaciones de conservación medioambiental, según el informe de evaluación del impacto económico y social de la caza en España, elaborado por la consultora Deloitte para Fundación Artemisan, convirtiéndose en los principales contribuyentes en esta materia después de las propias administraciones.
54 millones de euros contra incendios
Y en momentos de altas temperaturas y sequía como el actual, además de estas medidas de aporte de agua y alimento, cobran especial importancia las actuaciones de prevención de incendios en los montes en las que los cazadores son igualmente protagonistas.
No solo por su labor como guardas y alerta temprana ante la detección de cualquier conato de incendio, sino también a través de la inversión anual de 54 millones de euros para mantenimiento y adecuación de accesos, pantanos, podas, mejora del monte, cortafuegos y cortaderos, entre otras actuaciones.
Fundación Artemisan agradece a cazadores y gestores su implicación por la conservación del medio ambiente, especialmente en momentos tan difíciles en cuanto a meteorología, y anima a las administraciones y a la sociedad en general a potenciar y reconocer esta labor silenciosa que se lleva a cabo en los cotos españoles cada día.
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