Un retrato de José Echegaray, realizado por Sorolla y otro de Alfonso XII, obra de Carlos Luis de Ribera, forman parte de la exposición 'Eduardo de Adaro y la arquitectura del Banco de España'


La inclusión de estas dos piezas pictóricas en la muestra busca poner de relieve el papel fundamental que ambas figuras, desde su posición institucional, jugaron en la consolidación de la entidad a finales del siglo XIX, sin la que no hubiera sido posible la construcción de su sede de Cibeles, cuyo principal artífice fue Eduardo de Adaro





En la exposición dedicada a Eduardo de Adaro, responsable principal de nuestra sede de Cibeles y uno de los arquitectos más relevantes de finales del siglo XIX, se incluyen dos obras pertenecientes a la galería de retratos oficiales del Banco de España, uno de los conjuntos más significativos del patrimonio artístico que la institución ha ido atesorado a lo largo de sus más de dos siglos de existencia. Se trata de sendas efigies de Alfonso XII y José de Echegaray —dos personalidades que desde su posición institucional jugaron un papel muy importante en la construcción de la nueva sede— realizadas, respectivamente, por Carlos Luis de Ribera y Joaquín de Sorolla.

El primero de ellos es fruto de un encargo que la institución le hizo en 1785 a Carlos Luis de Ribera, artista nacido en Roma que cultivó tanto el retrato como la pintura de historia, consiguiendo gran celebridad como decorador mural de edificios públicos. El cuadro fue realizado pocos meses después de que Alfonso XII, bajo cuyo reinado se iniciaron las obras de la sede de Cibeles, fuera proclamado Rey de España. El pintor retrata al joven monarca con uniforme de montar, banda, espada, toison de oro colgado del cuello y la cruz de Carlos III en el pecho. Está de pie, apoyando su mano derecha sobre una mesa engalanada con una tela con el escudo de los Borbones y sobre la que reposa una corona tras la que se asoma la parte superior del trono. De fondo puede verse la estatua de un león, símbolo de la monarquía, y un busto de Isabel II, "en expresión", nos explica Esperanza Guillén, comisaria junto a Yolanda Romero de la muestra La arquitectura de Eduardo de Adaro y el Banco de España. Un mundo en transformación, "de la continuidad dinástica que se reinicia con la Restauración".

La postura en la que Carlos Luis de Ribera pinta a Alfonso XII, así como la gama de colores, entre ocres, rojos y amarillos, que emplea para hacerlo son similares a las que el artista utilizó en el retrato que apenas cuatros años antes, y también por encargo del Banco de España, el pintor había realizado de Amadeo I de Saboya. Retrato que ejemplifica muy bien el esfuerzo que hicieron las instituciones españolas de la época para dotarse de representaciones que convirtieran en imagen familiar y reconocible la efigie de este rey foráneo que, finalmente, solo se mantuvo dos años en el trono.

El protagonista del otro retrato que puede verse en la exposición es el ingeniero, escritor y político José de Echegaray quien durante su etapa como ministro de Hacienda convirtió al Banco de España en la principal entidad financiera del país, al concederle el monopolio de la emisión de billetes. Su autor es Joaquín de Sorolla del que, como detallábamos en una noticia reciente publicada con motivo de la celebración del primer centenario de su muerte, tenemos en la Colección otras tres obras: Voltaire contando uno de sus cuentos (1905), Antigua Puerta de la catedral de Sevilla (1910) y En la tasca. Zarautz (1910). 

Sorolla llevó a cabo este retrato por encargo del Casino de Madrid tras la concesión a José Echegaray en diciembre de 1904 del Premio Nobel de Literatura, siendo adquirido por el Banco de España casi medio siglo después, en 1953. El pintor valenciano, que hizo las primeras fases del retrato directamente del natural, nos presenta a un Echegaray sonriente y elegantemente vestido, con un cigarrillo en una mano y en la otra un bastón. A su izquierda, sobre una chistera asoman unos papeles o libros, lo cual podemos entender como una manera de resaltar la vertiente de "hombre de letras" de este polifacético personaje, de quien en nuestra colección, por cierto, hay otros dos retratos: un lienzo realizado por Marceliano Santa María Sedano en 1902 y un busto-monumento de Lorenzo Coullaut Valera que data de 1925. Desde un punto de vista formal, el cuadro de Sorolla se caracteriza por el empleo de una limitada gama cromática, lo que no le impide marcar un fuerte contraste entre el negro de la ropa del retratado y los tonos beige del sofá y el fondo, entre los que establece una continuidad solo diferenciada por la dirección de la pincelada. 

La inclusión de estos dos retratos en la exposición que se ha dedicado a la figura y el legado de Eduardo de Adaro no solo nos muestra el relevante papel que Alfonso XII y José de Echegaray desempeñaron en la consolidación que el Banco de España experimentó a finales del siglo XIX, sino que también da cuenta de cómo la galería de retratos oficiales refleja de manera casi ininterrumpida la historia de la institución, desde la creación del Banco de San Carlos en 1782 hasta nuestros días. Cabe señalar aquí que esta galería está compuesta tanto por efigies de personalidades directamente involucradas en la gestión de la entidad (directores, gobernadores, ministros de Hacienda...) como de otras figuras institucionales (monarcas, políticos..), y que entre los autores de los retratos encontramos a artistas tan destacados como Francisco de Goya, Vicente López Portaña, Antonio María Esquivel, José Villegas y Cordero, Federico de Madrazo, Ignacio Zuloaga, el ya citado Joaquín de Sorolla o, más recientemente, Isabel Quintanilla y Carmen Laffón.

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