El Consejo de Administración de la Sociedad Mercantil Estatal de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio (Segipsa) ha fijado el presupuesto base de licitación, sin impuestos, en 30.301 euros. El plazo de presentación de la oferta concluye a las 13.00 horas del próximo 16 de enero.
Este contrasto se enmarca en el cumplimiento de “Encargo de la Subdirección General del Instituto del Patrimonio Cultural de España a Segipsa, para la prestación de los servicios necesarios para la ejecución de las obras, gestión de construcción, redacción de proyectos, dirección facultativa y coordinación de seguridad y salud de las obras de conservación, restauración y recuperación de determinados inmuebles de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deportes, que se ejecutarán en el marco del Plan del PRTR, firmado el 30 de diciembre de 2022”.
Como se sabe, el castillo de Osma es un bien de dominio público estatal afectado al Ministerio de Cultura y Deporte. La Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, a través de la Subdirección General del Instituto del Patrimonio Cultural de España, ha realizado obras de desescombro, consolidación y restauración en el recinto superior o cuerpo principal del castillo en varias ocasiones, desde 2008 hasta 2020. Así mismo tras los trabajos de consolidación y restauración del castillo y una inversión de 1,67 millones de euros hasta 2020, se han coordinado los trabajos de investigación arqueológica en una pequeña zona de la puebla medieval del castillo.
El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte adjudicó a Técnicas para la Restauración y Construcciones S.A. (Trycsa) por 1.584.000 € las obras de consolidación y restauración del recinto alto y la barrera exterior sur del castillo de Osma, cuyo objetivo era finalizar las obras correspondientes a la primera fase de intervenciones marcadas en el Plan Director del Castillo de Osma de 2006 elaborado fundamentalmente por Fernando Cobos Estudio Arquitectura.
Según indican Fernando Cobos y Manuel Retuerce, el asentamiento medieval del cerro del castillo no se limita a la fortaleza, que se sitúa en la parte más alta de la peña, sino que comprendía también una puebla que se extendía por el lado oeste y norte, en la vertiente que da al río Ucero y que a priori, abarca un amplio espectro temporal medieval.
Cabe destacar igualmente que, el pasado 7 de marzo, se firmó un convenio entre el Ministerio de Cultura y Deporte y el Ayuntamiento del Burgo de Osma-Ciudad de Osma por el que se encomendaba a este último la realización de las actividades que permitan ordenar el acceso de visitantes y otras actuaciones a realizar en recinto superior del Castillo de Osma, como eventos de promoción o actos culturales y sociales, siempre que no afecten a la integridad de este Bien de Interés Cultural. A ello se añadían igualmente medidas de vigilancia, control y mantenimiento básico del recinto y su entorno, además de otras actividades de promoción de los valores del monumento y mejora de sus edificaciones y entorno.
Con este convenio, tanto el Gobierno de España como el Ayuntamiento dan respuesta a la necesidad de hacer compatible el acceso permanente y continuado de los ciudadanos al castillo y la posibilidad de realizar actividades en su recinto superior, con la seguridad de su uso y la protección de los valores patrimoniales que atesora el castillo.
En el informe de resultados de la fase II de la intervención arqueológica vinculada al proyecto de consolidación y restauración del Castillo de Osma (realizada entre los años 2009 y 2018-2019 a propuesta del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través del Instituto de Patrimonio Cultural de España), se indica que la excavación ha permitido conocer la evolución histórica de la fortaleza desde el siglo X hasta la etapa moderna. Dicha intervención, de casi 3.000 metros cuadrados de extensión, se centró en la barrera sur y los recintos inferiores del norte y noreste, lo que permitió alcanzar por primera vez algunos niveles de la Edad del Bronce. Igualmente se exhumaron 28 enterramientos de la necrópolis, sita al sureste del espacio principal, que se extiende tanto al exterior como al interior de lo que hoy ocupa la barrera y la liza; cementerio fechado entre los siglos XII y XIV. A su vez, se procedió a la exhumación de un conjunto de estructuras habitacionales, así como letrinas y canalizaciones, asociadas a un posible acuartelamiento de tropas, probablemente relacionadas con las guerras del siglo XV.
Según afirman Fernando Cobos Guerra y Manuel Retuerce Velasco, el castillo de Osma "destaca por ser una de las fortalezas cristianas –en tierras castellanas, aún dentro del reino de León– más antiguas y mejor conservadas de España. Igualmente, cuenta con una serie de sobresalientes peculiaridades, estructuras y elementos. Destacan sus saeteras buzadas, la torre del Homenaje –pentagonal, con una muy escasa proyección de su proa–, la cantería de sus torres, la puerta occidental del recinto principal o sus destacadas marcas de cantero".
Asimismo, "en la intervención de restauración realizada, por el mal estado en que estaba la muralla de la puebla, se actuó en el espacio más septentrional, lo que supuso la primera exploración en ella, aportando una interesante información acerca de su ocupación. Aunque la naturaleza del enclave, por la inclinación y ausencia de materiales constructivos, favoreció la eliminación de estratigrafías previas por las nuevas ocupaciones, e incluso de las propias estructuras; la aparición constante de cerámica, tanto islámica como cristiana, alto y plenomedieval, apunta a una ocupación temprana y prolongada de esta zona".
En el citado informe de resultados de la fase II, se indica que del primer castillo, alzado en torno al año 912 por el Conde Gonzalo Téllez, apenas han quedado restos materiales, a excepción de algunos sillares en una de las torres y del cajeado realizado para el asiento de la muralla en un par de puntos, así como la huella dejada por una de sus torres en la roca.
Posteriormente, se volvieron a reaprovechar piedras romanas traídas de Uxama en la reforma del castillo durante el reinado de Ramiro II de León y en torno al año 930. Se desechó el trazado anterior a excepción de las torres sureste y del medio, las cuales pasaron a formar parte de la nueva fortaleza, cuyo material se ha conservado en casi todo el recinto principal. Esta obra presenta una serie de elementos singulares como la entrada principal, las originales saeteras o la torre pentagonal. La peculiaridad de estas saeteras es que, pese a asemejarse a las saeteras de estribo de las fortalezas cristianas en Tierra Santa durante las cruzadas de finales del siglo XII, son muy anteriores. "Por ello, cabe pensar que estas últimas pudieran ser un aporte hispano a la fortificación cruzada y no al contrario, pues no hay que olvidar que miembros de la nobleza castellana, como fueron los Lara, poseedores del castillo de Osma, intervinieron en las Cruzadas", según opinan Fernando Cobos y Manuel Retuerce.
De la etapa ocupacional islámica (990-1011) apenas se han localizado restos, tan sólo la parte inferior del forro de la torre sureste y una posible inscripción. En el interior se han documentado estructuras del periodo pleno medieval, restos de muros y tapiales, estructuras de aterrazamiento, etc.
De lo que sí hay constancia es que la mayor transformación se llevó a cabo en la Baja Edad Media debido a la construcción de un conjunto residencial que anulaba las edificaciones anteriores y elevaba la cota de uso.
En el siglo XVI, dio comienzo el rápido declive del edificio, al perder tanto su valor estratégico como poblacional. Aún así, durante los siglos XVII y XVIII se mantuvieron y repararon las construcciones existentes. Al respecto hay fuentes documentales y pictóricas que describen y muestran la situación del castillo en esas fechas y que permiten identificar las dos torres desaparecidas.
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