Julio Méndez se alza triunfador de Kilómetro Cero en el Palacio Vistalegre


El novillero de la Escuela de Badajoz se alza con el triunfo tras una destacada faena, y Cerro Longo recibe el premio a la mejor ganadería del certamen






El Palacio Vistalegre acogió la gran final de Kilómetro Cero con una buena entrada en los tendidos, una tarde más. El novillero Julio Méndez, de la Escuela Taurina de Badajoz, cuajó la mejor faena de la tarde que le hizo merecedor de una oreja y que le permitió alzarse con el triunfo en el certamen. Álvaro Serrano también cortó una oreja, mientras que el resto saludaron sendas ovaciones. Se lidiaron reses de Flor de Jara y José González.

Abrió la tarde el novillero Álvaro Serrano que recibió por templadas verónicas al de Flor de Jara. Se gustó Pepe Burdiel con chicuelinas al paso en el quite, siendo replicado por delantales por Serrano. Importante faena del novillero de la Escuela Taurina de Navas del Rey ante un extraordinario novillo, que resultó bravo y sobresalió por su gran calidad y humillación. Brilló al natural con muletazos largos y limpios, y en su mano derecha encontró la firmeza para ligar varias tandas destacadas por ese pitón. Cerró por bajo con torería, y a pesar del pinchazo inicial, cortó una oreja. Vuelta al ruedo al novillo.

El segundo novillo, también con el hierro de Flor de Jara, resultó más complicado y se vino a menos. Le tocó en suerte al novillero Pepe Burdiel, de la Escuela Taurina El Yiyo, que se mostró dispuesto y voluntarioso. Los mejores muletazos llegaron con la mano izquierda, con suavidad y cierto temple, a pesar de las dificultades del animal. Ovación.

Simón Andreu, de la Escuela Taurina de Valencia, mostró ganas y actitud en los primeros tercios, poniendo incluso él mismo los tres pares de banderillas. En el último tercio, la faena no rompió a pesar de la insistencia y disposición del novillero. Lo intentó por ambos pitones ante un novillo que se movió, pero que no fue fácil. Ovación.

Al cuarto de la tarde lo recibió por verónicas Julio Méndez, que metió al público de lleno con un destacado saludo. Con la muleta, mostró una gran dimensión y completó una sobresaliente faena, toreando a placer a su novillo por ambos pitones. Méndez entendió a la perfección la noble condición del astado, y lo cuajó en una faena larga, completa y rotunda. Derrochó firmeza y naturalidad con ambas manos, y cerró con un final de poder y valor. Un pinchazo previo se llevó el doble trofeo. Finalmente cortó una oreja con petición de la segunda tras aviso.

Javier Cuartero, de la Escuela Taurina de Alicante, se lució en un templado quite por chicuelinas en los medios. Sin embargo, en la muleta el de Flor de Jara salió siempre suelto y sin fijeza, desluciendo la labor del novillero. A pesar de ello, Cuartero lo intentó hasta el final, en una faena con más ganas que repercusión en los tendidos. Ovación tras aviso.

Cerró la tarde Pedro Rufo, de la Escuela de Toledo, que se mostró por encima de su novillo, un complicado e incierto ejemplar de José González. Rufo lo toreó por ambos pitones, en tandas de mucho mérito, queriendo siempre llevarlo sometido. Pero la condición del novillo dificultó la conexión con los tendidos, y el fallo con los aceros hizo que aquello quedara en una ovación tras dos avisos. 

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