Meryl Streep recibe la Palma de Oro en el Festival de Cannes


Meryl Streep se ganó el miércoles a toda la audiencia de una charla en Cannes en la que contó divertida que perdió su primer Óscar en un baño, que fue cheerleader o que se enamoró de Robert Redford tras la mítica escena de ‘Memorias de África’ en la que le lava el pelo






Cansada tras la fiesta posterior a la recepción del lunes de la Palma de Oro de honor del Festival de Cannes -“me acosté a las 3 de la mañana y tengo resaca”- la actriz derrochó sentido del humor, expresividad y sencillez en un repaso de su carrera con una sala a reventar.

Anoche se sintió más emocionada de lo que pensaba cuando le dieron la Palma por la reacción de los asistentes. Y es que, aseguró entre risas: “llevo una vida muy tranquila en casa y allí no me respetan nada”.

Era el inicio de una charla relajada con el periodista francés Didier Allouch, en la que fue desgranando su carrera y también habló de la evolución de los papeles de las mujeres en el cine, de que los cambios en lo que se refiere a identificar abusos se dan en todos los sectores y no solo en Hollywood, y de que los productores nunca se han identificado con los personajes interpretados por mujeres.

“Antes de que hubiera mujeres en puestos de poder era muy difícil para los hombres verse a sí mismos en una protagonista femenina (…) Y no se trataba solo de dinero, es que no lo sentían”, explicó la actriz.

Y recordó que la primera vez que un hombre se le acercó y le dijo: “sé cómo te sientes”, fue con ‘El diablo viste de Prada’. Cuando en su caso, como mujer, no ha tenido problema en identificarse con papeles de sus compañeros masculinos, como ocurrió con John Savage o Robert de Niro en ‘El cazador (‘The Deer Hunter’, 1978).

Precisamente fue al hablar de esa película, dirigida por Michael Cimino, el único momento en el que a la actriz se le quebró la voz al recordar al “maravilloso” John Cazale, su pareja de entonces y que falleció poco después de finalizar el rodaje.

Recordó entre risas cómo perdió su primer Óscar -por ‘Kramer contra Kramer’ (1979)-, en un baño. Explicó de forma muy gráfica que tuvo que levantarse el vestido, que era muy largo, y entre la confusión, la estatuilla se la debió quedar la siguiente persona que entró.

Sobre el momento de recoger aquel primer Óscar -luego llegarían otros dos- asegura que solo recuerda el miedo que tenía. “¡Yo no soy una estrella del rock!”, exclamó y dijo que su vida está dominada por sus cinco hijos y cinco nietos.

Y del rodaje de ‘Memorias de Árica’ (‘Out of Africa’, 1985), una de las pocas historias de amor que ha rodado en su larga carrera, rememoró con una enorme sonrisa una escena que quedó grabada en la retina de los espectadores.

La primera toma en la que Redford tenía que lavarle el pelo fue muy sosa, sin ningún apasionamiento, recordó Streep. “Pero Redford aprendió y fue genial. En la toma cinco ya estaba tan enamorada…”, porque se trata de una escena sexy y muy íntima, muy poco habitual en el cine. “Vemos a mucha gente follando en el cine pero no una escena con ese amor y esa delicadeza. ¡No quería que acabara'”, afirmó.

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