El objetivo de la actividad es informar a la población local y poner de relieve la trascendencia de las obras realizadas, que suponen un espaldarazo al valor histórico y estratégico de esta villa toledana y su recinto fortificado.
La intervención, llevada a cabo por un equipo de arqueólogos coordinados por el IPCE y con una inversión de 266.528 €, tenía como objetivos principales la restauración de la torre; la realización de una nueva cubierta para evitar la entrada de agua y frenar los procesos de deterioro progresivo; la consolidación de los muros; mejorar la accesibilidad al recinto e intervenir en el entorno para lograr su correcta contextualización y su puesta en valor.
Tras el comienzo de las obras y durante los trabajos de excavación arqueológica del entorno, se produjo un hallazgo arqueológico: apareció en primera instancia un torreón cuadrado asociado al conjunto y de gran relevancia por su disposición y antigüedad, lo cual obligó a reformular el proyecto y a ampliar el área de excavación arqueológica y los estudios de investigación de las estructuras halladas.
A raíz de aquello se propuso una excavación arqueológica en área y salió definitivamente a la luz un tramo de muralla urbana con tres torres de flanqueo conservadas que se unirían a una torre esquinera existente. Su datación sitúa este trazado a finales del siglo VIII y mediados del siglo IX, durante el emirato de Córdoba.
De torre exenta a recinto fortificado
Fue precisamente la desaparición de las estructuras de época emiral ahora halladas las que hicieron pensar en la Torre de la Vela como una torre exenta, de ahí su nombre. Sin embargo, según los estudios realizados, a partir de la toma de Maqueda por el rey Alfonso VI, en 1085 se refuerza el sistema defensivo con la construcción de esta torre albarrana de estilo toledano, unida a la muralla urbana ya existente. Para la ejecución de este refuerzo poliorcético fue necesario recrecer la torre de planta cuadrada de la muralla, uniendo ambas torres mediante un puente que permitía la continuidad del paseo de ronda desde la muralla urbana.
El resultado de la intervención ha puesto de manifiesto la relevancia de la Villa de Maqueda por su situación estratégica y su destacada fortificación. Este hallazgo y la recuperación del conjunto defensivo de Maqueda se suma al valor patrimonial de la Torre de la Vela, que fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1931. Junto con ella, figuran también la iglesia parroquial de Santa María de los Alcázares y el Castillo de Maqueda.
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