En sus obras, figuras humanas de gran escala, cuerpos alados y torsos extendidos emergen en paisajes selváticos, acompañados de presencias animales que refuerzan la tensión narrativa. Estas escenas, detenidas a medio camino entre lo mitológico y lo natural, configuran un espacio de contemplación sobre la caída de los órdenes establecidos.
Con una técnica minuciosa en blanco y negro, cercana al grabado clásico y al dibujo académico, Mynenko construye un lenguaje visual en el que la luz, el volumen y la textura son esenciales. A través del claroscuro y de composiciones dinámicas de escorzos y movimientos suspendidos, la artista vincula la tradición figurativa europea con un imaginario simbólico de alcance universal.
En esta propuesta, la belleza formal no actúa como ornamento, sino como umbral de la tragedia: cuanto más perfecta y exuberante es la representación, más agudo se vuelve el sentido de pérdida. La caída no se representa como una catástrofe violenta, sino como una disolución silenciosa, casi orgánica, donde lo sublime y la ruina conviven en una misma imagen.
Esta exposición invita a contemplar la caída no como un final, sino como parte de un ciclo ineludible de transformación. En Los días del Primer Sol, Olena Mynenko construye una mitología contemporánea donde la belleza y el colapso se entrelazan, recordándonos que, en medio de la disolución, también germinan nuevas posibilidades.
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