Muchas veces nos paramos a pensar en esos pequeños detalles que hacen de las veladas entre amigos momentos muy especiales, y es que la mejor opción para conversar entre amigos es disfrutar brindando con un vino por esos placeres de la vida. El tiempo, ese gran factor que hace forjar la amistad; la templanza, el cariño... esperar un año más para volver a brindar con el néctar de la vida. Más que una forma de vida o lifestyle, el vino es el nexo de unión de la amistad, quién te saca los colores con una copa de más o quién te hace disfrutar del placer más intenso en compañía.
Enmarcado en una de las zonas geográficas más importantes de la vitivinicultura en el mundo... aparece en escena un vino tinto de lo más peculiar, ubicado en Gironde, Francia; Blaissac Bordeaux, un tinto Burdeos, el vino tinto por excelencia.
"Vin souple et racé, élévé dans le respect de la tradition et mis en bouteille dans no chais"
De carácter redondo, elegante y muy equilibrado, este
Burdeos de media capa de color rojo rubí intenso se caracteriza por una lágrima elegante muy sutil. Persistente aunque suave en el tacto, picantón y enamoradizo. Auténtica representación sensorial de los
vinos de Burdeos, que habiendo tenido una paciencia en barricas de roble francés, sus notas de cata se decantan por la vainilla, un cacao 100% intenso, adquieren protagonismo los frutos rojos silvestres como las bayas. Un vino excelente con un paso largo en boca, y que en su evolución adquiere notas de tofe y café con leche principalmente. Un compañero perfecto para la degustación de quesos curados y carnes a la brasa.
Tan solo quedémonos un momento en silencio, y el sentido del oído del ser humano es el protagonista por excelencia; el repiqueteo de las copas con un chin-chin nos hace pasar una página del libro de nuestra vida, una experiencia donde la amistad marca los pasos de ese gran trayecto que nos queda por vivir. Brindemos por la amistad y... que fluya el néctar de la vida.
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