Genuino, artesano, único, exclusivo... tradicional; tan sólo el microclima de la región de la Vera y el legado transmitido generación tras generación, han hecho que el pimentón de la Vera sea una auténtica joya de la gastronomía de un sabor intenso e insuperable para los emplatados más codiciados.
En la Comarca de La Vera, los primeros cultivados gozan de un microclima privilegiado para su desarrollo natural. Son del género "Capsicum" y de las variedades del grupo de las "Ocales" y "Bola". Tipologías que dan lugar a los tres tipos más característicos de pimentón; dulce, agridulce y picante.
Sabiduría monacal de Yuste, uno de los preciados tesoros que los monjes de la Orden monástica de los Jerónimos. Ladrillo y piedra noble... y el claustro rompe su silencio. Tras un muro de piedra en mampuesto, se filtra su preparado; familias de antaño de gran tradición agrícola comienzan a elaborar fuera del santuario del que fue por aquel entonces sede Real del "Rey César", Carlos I de España y V de Alemania.
Una cuidada selección desde su cultivo en semilleros, que hasta mayo permanecen en singular paciencia natural hasta su trasplante a la madre tierra. Su ciclo transcurre hasta primeros de octubre, momento en el que se produce su recogida. Mediante un secado tradicional y leña de roble o encina, favorece una perfecta deshidratación de los frutos. Posterior a la eliminación del pedúnculo, pasa al molino para su molienda; de ahí a su molturación de esencial temperatura óptima para obtener el polvo rojo por antonomasia, el Pimentón de la Vera.
A día de hoy, exhaustivo control de calidad y garantía; amparado por el Consejo Regulador cuya nomenclatura goza de ser Denominación de Origen Protegida desde el 22 de diciembre de 2005. Un pimentón acreditado por su etiqueta numerada, cuyas tres características esenciales que le hacen ser el aútentico pimentón son aroma, sabor y estabilidad de color.
Origen, entorno, calidad; Pimentón de La Vera
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