Noble arte de la Venatoria



Corren tiempos bravíos...  Se oyen voces, rehalas en pié; gruñidos tras la retama, bramidos de amor. Y tras apenas semana después de una sutil berrea... harenes en jaque, piaras que corretean. Tan solo un golpe de forja; una puerta de sobria madera que abre su paso a la labranza. Venados, gamos, jabalíes... bienvenidos a la española montería.


Cara a cara; naturalidad, pasión, templanza montera... lance esperado. Un chaparro aguarda la espera, y entre el alcornoque y la melosa jara, larga paciencia  a la corona real.  Elegante y soberano; el rey del bosque. Escoltado por un ajetreado harén de hembras... la manada se divide. Frente a frente, y tras conquistar el territorio por tiempo temporal, la más noble de las justas se hace inminente. Leal y cómplice compañero que legando su corona de puntas como trofeo, brinda su eterno silencio en lo más alto de las bellas y abruptas serranías toledanas.


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