Pajizo, dorado, lino... la impresión visual caracterizada por la limpidez y la intensidad, llama la atención hacia la esencia; el origen de su personalidad. Hablar de Menade es expresar el valor de la constancia y del trabajo. La personalidad de sus blancos invitan a degustar con elegancia una gastronomía cuidada de variada combinación: Nosso, del venado en escabeche a una mariscada; Dulce, del variado entrante a la tarta helada.
"Si quieres hacer el gilipollas con el vino, vete a la bodega del vecino", decía el abuelo del enólogo. la particularidad es la seña de identidad, y ésta es la dedicación y el cuidado de la viña para la obtención de caldos con personalidad. Menade te invita al respeto y a la armonía. transmite en sus catas la originalidad del campo, la locura de experimentación a lo grande para ofrecer a su gente la calidad sublime de la viña.
A una altura considerable sobre el nivel del mar, el verdejo y el chardonnay blanc; grandes variedades para una D. O. llena de originalidades. Rueda es sin duda la nueva cuna del blanco, donde sus diferentes vides destapan la alegría en todos los paladares.
el oro transmite lujo, pero el lujo es disfrutar de un caldo dorado en armonía y breve compañía. El oro de Menade es la expresión del buen gusto, el blanco con nombre propio.
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Cata de Bodegas Menade en Lavinia, Ortega y Gasset (Madrid) 24 de noviembre 2014 |
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