
con una arquitectura del siglo XVIII, alberga en su interior botas de 36 arrobas de madera curada y de roble americano viejo, que con el micro clima generado en toda la región por los vientos procedentes del mar atlántico y mediterráneo, dan lugar a unos vinos llenos de personalidad, astillados, de alta persistencia y principalmente dulces en el que su maridaje va más allá de lo que podemos pensar; evoca a una sensación de antaño llena de sabor, intensidad y cierto toque balsámico.
meloso y dulce amontillado,
afrutado y astillado;
presencia de roble y persistente...
de maridaje cualquier entrante.
fortificado a 17 es el oloroso,
dorado, suave y lechoso.
Sabor a coco y vainilla,
maridaje con queso y naranjilla.
fino muy afrutado,
pajizo y astillado;
cierto toque balsámico...
un buen postre frío y rico.
caramelo y uvas arrugadas,
maderas astilladas.
Con un plato de queso,
Pedro Ximenez bien intenso.
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