Terruño, terroir... Dícese del término francés para describir una determinada zona geográfica que goza de unas características geológicas, climáticas, ambientales, etc. específica que lo hacen diferente de otras zonas. En otras palabras, es la plantación idónea de una variedad concreta de uva en un terreno cuyas características favorecen a esa plantación. Un concepto muy arraigado a la tierra, donde los vinos adquieren la máxima expresión del terreno, dando lugar a caldos de gran organoléptica.
Noble, leal... lugar que personifica el pasado, presente y futuro; Hotel de las Letras, donde la historia se integra con lo vanguardista es testigo del III Salón Vinos de terruño.
Equilibrio, dinamicidad, aromáticos de gran expresión... Tintos, blancos, dulces, espumosos... cada caldo es un mundo, donde el vino es mucho más que un vino; expresividad, concepto de tierra. Degustaciones donde entra en juego la tierra como símbolo de identidad de los vinos de terruño; Matices florales, herbáceos, vegetales, tostados, balsámicos, minerales... otros con notas de cata animales... Más de 50 bodegas con una característica en común; el terruño.
Dehesa de los Llanos, Bodegas Sauci, El Doze, Javier Sanz, Martín Berdugo, Castiblanque... Costers del Priorat... Espectáculo titánico donde los taninos, realmente, siguen el compás aromático de la tierra que acoge sus viñas; diversidad de Denominaciones de Origen dan lugar a un concepto vinícola extendido por toda la geografía.
«Cuando cates, no observes la botella, ni la etiqueta, ni el entorno; sumérgete en ti mismo para ver cómo nacen tus sensaciones y cómo se forman tus impresiones. Cierra los ojos y mira con la nariz, la lengua y con el paladar».
Pierre Poupon
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