Cuna de Castilla

A mediados del siglo XV, allá por 1469, momentos en el que el Rey Castellano Enrique IV cedía la Villa de Arévalo a Don Álvaro de Zuñiga, se constituyó el Señorío de Arévalo, otorgándole así mismo el título de Duque de Arévalo. Éste, junto a su esposa, Doña Leonor de Pimentel, levantaron una fortaleza; en las posesiones recibidas por la Corona de Castilla en la época de los Reyes Católicos - Isabel de Castilla y Fernando de Aragón - se encontraba este castillo; aquí, residió la joven Isabel cuando aún era princesa, pero volvería en infinidad de ocasiones con motivo de visita a su hermano el Infante Don Alfonso y a su madre, Isabel de Portugal.

La historia de esta villa está íntimamente unida a los años de infancia y juventud de Isabel de Trastámara, futura reina de Castilla conocida como Isabel la Católica.

De estructura mudéjar y planta pentagonal irregular, alberga en su conjunto histórico - arqueológico una barrera artillera, un baluarte y un antiguo foso que hacía la función de protección entre la noble propiedad y el pueblo. ¿Cuento o realidad?; una riqueza arquitectónica, sobria y elegante que es modelo e icono de la transición de los castillos medievales y las fortalezas defensivas de siglos posteriores. 

Emplazado en la confluencia de los ríos Adaja y Arevalillo, y cercano al Alcázar de Segovia entre el Clamores y el Eresma, esta construcción es una obra compleja que se dilató en el tiempo englobando en sus inicios una torre preexistente de ralgambre mudéjar, cuyos restos pueden observarse en el lado oriental de la torre del homenaje. Su última configuración, fue comenzada escasamente posterior a 1470 por obra de Don Álvaro de Zúñiga, Conde de Plasencia y Duque de Arévalo.

Enmarcado en la denominada Tierra de Castillos, el Castillo de Arévalo, es la máxima representación del rico patrimonio vinculado al pasado histórico de Castilla y León, que de finalidad defensiva se convirtieron en residencia de nobles. A día de hoy... revivir el pasado, atravesar sus puertas, sentir la historia... cerrar los ojos y descubrir en la imaginación las hazañas de la Corona de Castilla, nombramientos nobles y militares, rememorar la esencia histórica... Invita a la reflexión; romanticismo, intriga, fantasía... patrimonio cultural español con siglos de historia.

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