Pedrosa del Duero, donde las uvas, la ciencia y el vino adquieren arte en todo su esplendor. Viñas bañadas por el arroyo del Villar, que se configura entre las cepas otorgando suavidad, elegancia y frescor. Bodegas Rodero, cuarta generación de viticultores, que en sus inicios, allá por 1990, apostó por el futuro y la calidad. Todos sus vinos han sido premiados en las ferias y catas más importantes, tanto nacionales como internacionales, sirviendo de contraste y reconocimiento de su calidad.
Vendimia, selección de la uva, depósitos, cata... elaboración en barricas; vinos con alma donde la mejor y única manera de presentar sus vinos es el mimo, donde la tradición y la innovación dan lugar a vinos de gran personalidad.
Parece estar sacado de una barrica vieja; un vino que asombra y que llena el paladar con un gusto y retrogusto de lo más inusual. Aromas, carácter, fortaleza... es degustar un Gran Reserva con la catalogación Crianza ¡Excelente vino! Pasan los días... los rescoldos de aromas en botella se intensifican... 100% cacao.
Terrenos arcillosos y calcáreos que vieron nacer estas cepas, la frescura del regato cercano; espectáculo de la mano de la familia Rodero, que le hace ser el indiscutible protagonista de ciento veinte hectáreas de viñedo que marcan la esencia, elegancia y el equilibrio entre la cepa y el hombre.
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