Y se hizo el milagro


No hace falta estar en el presente para innovar, tan solo mirar siglos atrás para reinventar el proceso de las burbujas. El cuidado, esmero... la elegancia por conseguir la máxima perfección; la revolución del champagne de la mano de un monje benedictino, cuya responsabilidad era guardar y conservar los tesoros de la Abadía de Hautvillers... Y se hizo el milagro.



Para leer el artículo en la revista digital Gastro Magazine, haz clic en la imagen

Comentarios