La senda de la garnacha

Una de las variedades de uva más rompedoras en los últimos años, una Denominación de Origen que cada día nos sorprende más... Un lugar donde el viñedo centenario marca su propia senda con el paso del tiempo. Ya por el siglo XII de nuestra Era, el "Pago de los Castillejos" ubicado en la vertiente madrileña de la Sierra de Gredos acogió en lo más profundo de sus entrañas naturales a la varietal garnacha, que tras la época de vendimia reposaban con paciencia en las conocidas moradas, que no solo fue Santa Teresa quién tintó de historia parte de su obra literaria, sino también otros literatos del Siglo de Oro español.

Enmarcado en la localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias, en las estribaciones de la imperiosa Sierra de Gredos... perteneciente a la Denominación de Origen Vinos de Madrid, Las Moradas de San Martín, bodega desde 1999, hace un guiño a la historia trasladándose al pasado para escribir con sus taninos la senda de la garnacha; el transcurso de la variedad de uva a lo largo de su vida, y es que esos pasos forjados a lo largo del tiempo tiene nombre propio que otorga distinción a uno de sus vinos; SENDA...

A casi 900 metros de altitud sobre el nivel del mar y una localización caracterizada por la grava granítica, Las moradas de San Martín nos muestran orgullosas Senda, procedente de la añada 2012 y cuya vendimia tuvo lugar el 10 de septiembre del citado año con un tiempo marcado por la templanza meteorológica a una temperatura de 25º C y que posteriormente, en el proceso de vinificación, la fermentación maloláctica ha tenido lugar en las propias barricas, fabricadas en la madera noble por excelencia de roble francés.

Ciertas notas de naranja madura, astillado y de cierta persistencia en boca, aunque de carácter fresco, picantillo y enamoradizo, es un vino ligero en boca que adquiere compotas muy suaves en cata. Limpidez excelente, suave, un vino con paso largo, equilibrado... joven y con cierta corpulencia que le marca distinción y elegancia. Su paciencia en copa marca un paso aromático decisivo; la mermelada de mora toma protagonismo. Un excelente compañero culinario para la degustación de tabla de queso de oveja fresco y semicurado, y carnes blancas.

Las Moradas de San Martín, punto de inflexión en los aledaños de la Sierra de Gredos, donde el clima y el suelo tildan de personalidad y calidad sus vinos. Personas, tierra, vino, carácter;  la senda de la garnacha donde los taninos apuestan por el futuro.

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