Más allá de la luz


«En el aire huele a torneo; los guerreros preparan sus yelmos, gladiadores que se perfuman de monte (...) Soplan vientos de cambio, el choque de ego se aproxima, todos lo saben. Agua con sabor a venado, aroma de hormonas que está a punto de estallar. Muchas coronas, un solo trono (...) una alfombra dorada recibe al triunfador de las justas porque la sierra ya tiene un nuevo Rey».

Estrella Morente - Guadalquivir, la película

Dulce cantar de las piedras en la atalaya más alta, montes y serranías suenan de amor; los ciervos intentan agrupar a sus ciervas en harenes, mientras ellas, campantes y bellas, pastan bajo la encina. El claro del encinar abre las puertas a la Corona y de repente... noble, elegante y despuntando soberanía rompe a bramar. A lo lejos, el atardecer ciega su belleza, y más allá de la luz, la berrea continúa hasta alcanzar el trono del bosque.


Monte y serranía,
elegancia, soberanía;
el venado brama
y la cierva le ama.

Los príncipes berrean,
las encinas bellotas gotean;
dehesa masticada...
Tierra conquistada.

Luces, bramidos,
ojos abatidos.
Mucho Príncipe destronado,
Rey en trono conquistado.


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