Bravura y toreo

Dos conceptos, una concepción artística. Tauromaquia, arte de la lidia del toro bravo, cuyo rito ancestral otorga al toro, de la mano del hombre, la absoluta libertad de la creación artística. Un animal que adquiere bravura, que permite el toreo; dos vocablos de referencia, bravura y toreo, de pleno respeto y admiración.

Muchos son los célebres personajes que, con el paso del tiempo, forjan una Tauromaquia global, el arte sublime donde luces y sombras se juegan la vida por la gloria. Una bravura que permite el toreo, un toreo que sin bravura no tuviera sentido alguno; las citas de dos de los grandes defensores del toro bravo y de la bravura del toreo, toman protagonismo realzando la esbelta figura que pasta en las dehesas y el arte de luces que al compás del toro cumple el sueño de pasar por la puerta de la gloria.

Dícese bravura entendida por Juan Pedro Domecq; «capacidad del toro para luchar hasta su muerte. En su obra literaria "Del toreo a la bravura" remata del inicio al fin de la lidia pasando por la suerte de varas, siendo el concepto bravo como la acometividad en todo el conjunto de suertes que conforman la lidia».

Publicado en 1953 el maestro Corrochano afirmó la concepción de toreo en la literatura ¿Qué es torear?. En ella sostiene: «Es peligroso el hacer con la bravura del toro, comercio de comodidad para el torero; que sea bravo, pero hasta cierto límite, para no acose ni moleste al torero; que sea muy pastueño, pero que no se extreme hasta la mansedumbre; que vaya a los picadores, pero que se deje pegar; que tenga fuerza para entrar y salir, ir y venir en lances y pases, pero no tanto que apriete en la acometida y ponga en aprieto al torero. Que no puntee en capotes y muletas. Puntear es querer y no poder cornear; iniciar sin lograr la cornada; marcarla sin propósito de darla; todo lo más, quedarse con las ganas. Ni ese resto, del instinto bravo de su raza. Que sea un toro cómodo, que es un nuevo matiz que complica y falsea la bravura y aumenta la confusión. Que sea bueno, en fin, para el torero. Ésta es la receta mágica que se busca: que parezca toro, que parezca bravo y que no lo sea».

Definiciones que acreditan la evolución de la Tauromaquia hasta la actualidad, grandes similitudes de importantes líneas para el toreo de hoy en día. Una forma de entender la cultura del toro y su lado artístico con referencias de estilo literario.