Sabias palabras las de Clemente Palencia, Cronista Oficial de Toledo: «La industria del mazapán vincula su historia a la de Toledo. Se compone este exquisito manjar de una pasta de almendra mezclada con azúcar (...) Es como un rito o fórmula que se viene transmitiendo desde la época en que una comunidad religiosa consiguió la mágica forma de poder conservar para varios meses un alimento con que superasen el hambre que siguió en casi toda la Península Ibérica, después de la batalla dada contra los Árabes por Alfonso VIII de Castilla el año 1212 en las Navas de Tolosa. ¡Tan antiguo es su origen!»
Allá por el año 1856, Francisco Martínez, un apasionado de la filosofía artesanal, comienza una labor más allá de la perfección humana; elaborar a receta original procedente del siglo XIII el mazapán de Toledo, Santo Tomé.
Una receta mágica, en el que juegan un papel importante la almendra, cabello de Ángel, miel y azúcar. Un producto natural con siglos de tradición, otorgando a Toledo ser la cuna del mazapán del imperio de las tres culturas.
Introducido por los árabes en el lejano siglo VIII, sus orígenes se remontan al léxico de la península arábiga. Manthaban, cuyo significado al castellano quiere decir "Rey sentado"; las primeras figuritas que se atribuyen a este dulce es la imagen del monarca sentado en su trono. Evidencias de la piedra que bordea la ciudad toledana; su escudo de armas imperial que engalana la Puerta de Bab - Shagra, conocida popularmente como Puerta de la Bisagra. De origen musulmán y reconstruida por la Casa de Austria, Carlos V y su hijo Felipe II, el escudo de la ciudad sobre su pórtico representa el "Rey Sentado", estableciendo así una directa vinculación entre la ciudad y el mazapán; Un paseo por la historia con sabor dulce.
Degustar la historia, descubrir sabores... sentir la imagen santificada de Tomé, cuya imagen santificada en la iglesia del mismo nombre que alberga en su interior "El entierro del Conde de Orgaz" de El Greco, es la máxima expresión para los sentidos. Configuración de aromas tostados, sedosos y de carácter brillante; magia para el paladar desde 1856 con siglos de tradición.
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