Airén de La Mancha


«En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme (...) Y el acabar de decir esto y el comenzar a beber todo fue uno; mas como al primer trago vio que era agua, no quiso pasar adelante y rogó a Maritornes que se lo trujese de vino».

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha
- Miguel de Cervantes Saavedra -


No solo de ilustres Hidalgos se viste La Mancha, que de tintos se tiñe y de vinos blancos se engalana de seda; el blanco castellano, la tierra de los deseos más nobles de Castilla. Airén. Sencilla, elegante, cremosa... Flores frescas que cubren el manto de campos fértiles adueñados por castillos, palacios, casonas solariegas, labranzas...



Viñedos manchegos con una viticultura tradicional que cumple con los ritos más ancestrales. Una variedad de uva que ocupa aproximadamente el 32% del territorio de la meseta Sur. La varietal Airén es, sin duda, la uva blanca por excelencia, con presencia mayoritaria en los marcos de la Denominación de Origen La Mancha y Denominación de Origen Valdepeñas. Dos Consejos Reguladores que velan por la concepción cultural del vino, concretamente de una varietal que por excelencia es originaria de Castilla - La Mancha.


«Yo no quiero repartir los despojos de enemigos, sino pedir y suplicar a algún amigo,
si es que lo tengo, que me dé un trago de vino, que me seco»
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha (Parte II, Cap. LIII)


Ya en el siglo XV era conocida como Lairén; planta vigorosa de gran producción y racimos considerablemente grandes. Dinámica, potente, equilibrada y de gran adaptabilidad, que pese a suelos calizos y otros con poca riqueza mineral le hace ser una variedad resistente a la sequía; perfecta para una plantación basada en el concepto del terroir o terruño. Su resistencia es el aval de la gran plantación progresiva posterior a la Filoxera, que tuvo lugar en la tercera década de la segunda mitad del siglo XIX. Una variedad de uva cuya capacidad de adaptación al terreno le otorga ser una variedad de Pago.

Una uva que produce vinos con personalidad. De carácter poco aromático pero fresco, donde destacan notas sutiles y elegantes de dulces, fruta y miel  así como las percepciones provenientes de la fermentación en barrica. Su tonalidad cromática, amarillo y dorado mate, recuerda al manto de los campos de cereales de las llanuras de La Mancha. Un claro ejemplo de su evolución en el tiempo, que vendimiada por sus gentes, su sabor transmite la sencillez y la sobriedad de la uva, regalando con el paso de los años una textura y forma de ser repleta de sensaciones.

«Sancho... Se templado en el beber, considerando que el vino demasiado
ni guarda secreto ni cumple palabra» - Cap. XLIII

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