Duende de duendes; singular belleza de la fauna ibérica. Pasos elegantes del olivar a las pedrizas. Diminuto cérvido de mirada atónita, expectante, curioso... Y después de un venturoso rececho, el regazo de una umbría muestra al itinerante del bosque mediterráneo. En un abrir y cerrar de ojos... el corzo ibérico, el infante de la dehesa. Apenas trescientos metros nos separan, y en lo alto de un canchal... El risco que aguarda la más noble de las justas. En el reflejo de tu mirada, querido y amado corzo, el arte de la venatoria.
Duende elegante,
aventura y lance,
abruptos recechos,
reflejos y acechos.
Mirada curiosa
entre la masa boscosa;
dulce paso
al amanecer y al ocaso.
Venatoria y arte.
motivo para amarte.
tu silencio en el barbecho
merece el respeto al más noble rececho.
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