Nuestra Señora del Monte

Portazgos, mallorazgos... De los abruptos canchales y pedrizas a la belleza de la dehesa y olivares. A mitad de camino... la fauna más salvaje custodia tu laureado e ilustre Santuario. Remanso de paz, aguas cristalinas, el embalse de la vida; en su claro reflejo, emociones y mirada tierna de la Madre de Navalcán. A ti, Virgen Santísima, que cubriste de gloria a los hijos de esta tierra, de otros lares venimos a besarte el manto y cantar de nuevo el himno de tu dulce altar.


Madre de Cristo
de gracia llena
mira a tus hijos
de Navalcán.
Virgen del Monte,
limpia azucena:
danos tu fruto,
¡Oh Nazarena!
danos tu pan.

Danos a Cristo,
Pan de la Vida,
por Ti amasado
como maná.
También aplaca
la sed crecida
con nuevo vino,
mejor bebida
hecha en Caná.


Virgen del Monte
Madre que tienes
el Vino y Pan.
Virgen del Monte,
tu eres la Madre
de Navalcán.


A la Mayor Gloria de la Santísima
Virgen María Nuestra Señora del Monte,
proclamada Alcaldesa Perpetua
de la Villa de Navalcán
en agradecimiento por su Secular Patrocinio


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