Tan sólo tres palabras para recordar a una de las máximas figuras del toreo a pié de los últimos tiempos; eterno Iván Fandiño. Un torero atemporal, hecho así mismo, de carácter. Natural de Orduña... y plumas de seda blanca le elevaron al trono de los valientes. Una cita con la historia...
Pases cortos, larga cambiada al temple... manoletinas al viento danzando al compás del trote de la bravura. Capote sencillo, muleta noble; manos que expresan lentitud de los dedos, bonita ejecución. Suave derechazo y concluir la estocada. Arte en estado puro de la más bonita de las tauromaquias.
A ti, Maestro
La Monumental de Las Ventas, catedral del toreo, exhibe su legado
"Probablemente, el precio que me ha tocado pagar es demasiado duro, pero mi alma está tranquila"
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