La forma del agua



Año 1962; una historia enmarcada en plena Guerra Fría. Soledad, alta seguridad, laboratorio siniestro. Hechizo sobrenatural de la mano del director y productor mexicano Guillermo del Toro. LA FORMA DEL AGUA.

«Me gusta hacer películas que sean liberadoras, que digan que está bien ser quien eres, y parece que en este momento concreto esto resulta muy pertinente (...) el agua adopta la forma de lo que sea que contenga en ese momento, y aunque el agua puede ser algo muy apacible, también es la fuerza más poderosa y maleable del universo. Así es también el amor, ¿verdad? Independientemente de la forma que tenga aquello en lo que depositamos nuestro amor, éste se adapta, ya sea a un hombre, a una mujer o a una criatura».

Guillermo del Toro




Un nombre propio; Elisa. Interpretada por Sally Hawkins, representa la vida de una mujer atrapada en una vida regida por el aislamiento. Y de repente... el secreto mejor guardado del hombre; el amor como el más allá de un experimento social emocional y sentimental. El más puro de los secretos de un laboratorio está a punto de esbozar el cambio de la soledad a la compañía eterna con el hombre anfibio.

Y el séptimo arte es amor, sentimiento, emociones... da forma a una textura suave, fluida; el agua, como el máximo exponente de la unión entre el misterio y la soledad.


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