Territorial, adaptable, colonizador; cérvido de diminuto tamaño conocido como el Duende del bosque. El corzo ibérico es, sin lugar a dudas, una de las especies más emblemáticas de nuestra geografía, la cual, dada su gran e importante expansión, tiene la capacidad de ser un animal que en la actualidad podemos encontrarle en diversidad de ecosistemas que configura nuestra península. llanuras, monte bajo, canchales... Pero el corzo no solo entiende campo; el asfalto es importante para acercar a las grandes urbes su conservación, mantenimiento y el conocimiento cultural natural en materia conservacionista y cinegética.
Meses atrás, tuvo lugar en la feria internacional por antonomasia de la conservación, caza y pesca, Cinegética, enmarcado en los pabellones de IFEMA Madrid, la presentación de la VIII campaña Proyecto Corcino, de la mano de la Asociación del Corzo Español - ACE. Una propuesta de comunicación en cuanto a la concienciación de la conservación de corzos en sus primeras semanas de vida.
Proyecto Corcino; bajo el lema "no está solo", su capacidad de concienciación y de respeto a los alevines de estos singulares y bellos cérvidos se basa en tres esenciales aspectos:
No está abandonado ni enfermo, tan solo su instinto le hace permanecer inmóvil. Su madre está cerca, aunque no la veamos, por lo que hay que dejarlo en el lugar donde está.
Nunca recogerlo. Los corcinos en cautividad rara vez sobreviven, y los que lo hacen no se les puede liberar de nuevo en la naturaleza porque han perdido el miedo natural al hombre y sus instintos de defensa.
No tocarlo, ni permanecer mucho tiempo en la zona, esto puede hacer que su madre lo rechace o incitar a los depredadores oportunistas, como el zorro, a que acudan al lugar.
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