Cerámica; material elaborado a partir de la arcilla y modelado por el ser humano. Desde tiempos remotos, su plasticidad sirvió para la fabricación manual de forma artesanal de recipientes de diversa índole. Menaje, hogar, vajillas, decoración... creatividad e innovación para adoptar formas prácticas en el día a día.
Dícese, según la RAE, cerámica como el arte de fabricar vasijas y otros objetos de barro, loza y porcelana, así como el conocimiento científico de los objetos de cerámica desde el punto de vista arqueológico. Objetos originarios fruto de diversidad de culturas, fabricados y representados con colores característicos de cada época, como bien podemos destacar la cerámica de Talavera de la Reina y el arte cerámico de Teruel.
Artesanía pura y dura; cocción de barro para su posterior y mejor consistencia y durabilidad, aportando así un importante carácter perdurable en el tiempo. Transportar, almacenar, conservar, cocinar... todos ellos contribuyeron a la mejora de la capacidad de vida humana desde el Neolítico. Usos que desde casi el origen del hombre han servido para multitud de celebraciones; el brindis más esperado lo inventaron nuestros grandes antepasados. La cerámica campaniforme no tuvo sólo un uso funerario; su utilización en la sociedad de la época estuvo enmarcada en banquetes, principalmente, aunque cabe destacar su gran posesión y a las más dirigentes clases de la sociedad. Muchos de estos recipientes cerámicos, fueron testigos de taninos de Estado; el vino, al igual que otras bebidas como la cerveza o hidromiel, para sellar importantes acuerdos sociales.
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