El concepto de "sospecha de estiércol" se basa en el convencimiento de que toda obra humana tiene como fin último la desaparición, incluso aquellas obras que parecían destinadas a una duración extraordinaria. Un método que manipula el espacio, viaja en el tiempo, sueña con la vanguardia, adquiere carácter, juega con el subconsciente, mantiene la ensoñación... crece la violencia arquitectónica.
"Sospecha de estiércol", obra literaria en formato de ensayo de Josep Llinàs. Gaudí vs modernismo cuyo punto medio converge en la Casa Mañach. Josep María Jujol, arquitecto enigmático que rediseña una ferretería barcelonesa datada en 1911, y posterior a su desaparición, originalidad y combinación para dar a luz a un exclusivo sustrato vital capaz de resaltar la luz principal del aura artístico.
Capacidad de emocionar, pero siempre fijado en la figura de Gaudí en un paso de apartarse del modernismo, aunque la relación propiedad y arquitectura viaja más allá de la realidad, ignorando lo propio llegando a maltratar la construcción creativa. Ya lo expresa en la obra Joan Brossa, con una Sextina a Josep Maria Jujol...
En los balcones de la tierra
germinan nuevas estrellas tras las piedras
y carruseles de azúcar sobre los hierros;
esponjas de otros cielos rozan los vidrios
y un humear de lodo cubre las maderas.
Renace la primavera de unas formas.
(...)
¡Honre la Tierra, en el amplio cielo de piedras,
paredes y hierros, a quien ha hecho con vidrios,
deshechos y maderas tal festín de formas!
- Brossa, Joan. "Sextina al arquitecto Josep. M. Jujol" -
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