Y entre las imperiosas aguas del río Tajo y los abruptos Montes de Toledo... Plena jara toledana que abraza olivares de singular belleza; legado que dejaron nuestros ancestros que a día de hoy perdura el amor y el cariño por el oro líquido. Generaciones herederas del espíritu, un concepto único basado en la técnica de cultivo de terruño, terroir o de pago.
Pagos de Navalta, es saber hacer, olivicultura; concibe el olivo como punto de inflexión del cual todo radica y es que para hacer oro, primero debes cuidar, mantener y preservar el árbol, teniendo en cuenta que lo que al campo le des, él te lo devuelve. Toledo, auténtica jara mediterránea en el que confluyen aromas, sabores... Monte y agricultura; preservando encinas, jarales y el carácter silvestre, se extrae auténtico zumo de aceituna, puro, natural, auténtico.
Olivos de diferentes generaciones, pero todos ellos con un denominador común; el terruño. Pluviometría, ecosistema, procedencia de los vientos, calidad y tipo de suelo caracterizado en ser arcilloso calcáreo... Y de repente
Máxima selección; aceite de oliva virgen extra premium extraído de la variedad Picual. Sobrio pero suave, embriagador, auténtico perfume natural; aromas de sutil almendra amarga, frutos silvestres, un retrogusto que avanza a notas de nuez moscada. Sabores que recuerdan a la huerta tradicional en la que se acentúan gustos de tomate, alcachofa, con un fondo ensalzado de tomillo salsero y un toque de sensibilidad elegante como si una fina capa de seda cubriera de blanco la ceremonia de los almendros en flor. Picante enamoradizo, carácter frutado, apenas acidez que regala al paladar un aceite que invita a la diversidad del emplatado; especial para carnes rojas, pescados azules, ensaladas, pasta, verduras... Un virgen extra Premium con cuerpo, carácter, estructura... gastronómico del desayuno a la cena.
Comentarios
Publicar un comentario