La Almazara de Muriel se construyó a principios del siglo XX, cuando el Ayuntamiento de Muriel, hoy de Tamajón, cedió un terreno municipal para la edificación del molino de aceite más septentrional de Castilla-La Mancha a una sociedad de olivareros locales
Después de que a finales de los sesenta cesara la explotación, y debido a que la titularidad del edificio no estaba clara, la almazara colapsó. Ya en los años ochenta, hubo un intento previo de recuperación, por parte del Ayuntamiento de Tamajón, pero precisamente por las dificultades para acreditar la titularidad del edificio por parte del Consistorio, y la negativa de algunos de los que se creía eran propietarios, dieron con buena parte de los huesos del edificio en el suelo.
A partir del año 2015, y gracias a la labor coordinada del Ayuntamiento y del delegado municipal en Muriel, Angel Valenciano, se lograron salvar todos los escollos administrativos, demostrar la propiedad municipal, y, con ello, comenzar la rehabilitación.
En primer lugar, se recopilaron y pusieron a salvo cuantas piezas y utillaje fue posible, antes de emprender la adecuada restauración, según proyecto del arquitecto municipal, Alfonso Criado.
Llevado a cabo fundamentalmente por la Brigada de Obras de Tamajón, se llevó a cabo el desescombro y cubrición del edificio, y la reconstrucción del muro norte que habían caído, de manera que se ha conservado el 75% del perímetro original, reforzando, allí donde ha sido necesario, la cimentación del edificio. Ahora, en la rehabilitación, se puede diferenciar perfectamente lo original de lo añadido.
Se ha instalado una puerta, similar a la de pino que había originalmente, y en el muro este de la edificación se ha empleado en la reconstrucción pizarra, e instalado una claraboya para dar luz al interior. Además, en ese mismo muro, y en general en toda la construcción original se están destacando las juntas entre las piedras, para realzar el modo de trabajo tradicional.
Parte esencial del edificio va a ser la recuperación y restauración en todos aquellos elementos que ha sido posible de la antigua maquinaria utilizada para moler la aceituna. Así, los restos de la enorme viga de madera de pino que soportaba los mecanismos se van a mostrar a los visitantes en la zona de exposición al público con la que contará la Almazara recuperada. Cilindros, postes, engranajes, canalizaciones pétreas, prensa de granito, piedra volandera para aplastar la aceituna en los capazos y hacerla bajar, mecanismos de madera de roble para el enganche del tiro de las caballerías que movían la prensa, e incluso los restos de las antiguas puertas, todo va a quedar expuesto en el lugar.
Además, el Ayuntamiento de Tamajón hace un llamamiento a los vecinos de Muriel que quieran ceder las herramientas con las que se llevaba a cabo el trabajo olivarero para exponerlas en la Almazara. El centro, con 180 m² de extensión, también va a poder albergar actos sociales en el pueblo de Muriel, cuando las inclemencias meteorológicas, y naturalmente la evolución de la pandemia, aconsejen hacerlo.
Por su situación, y microclima, Muriel es un lugar ideal para la producción de aceituna. Su aceite era de una variedad especial, de gran acidez, pero muy apreciado. La producción se mantuvo hasta bien entrados los años setenta, no ya en la almazara, en desuso.
El proyecto turístico de los tres museos de Tamajón
Con la recuperación de La Almazara de Muriel, la próxima inauguración del Centro de Interpretación Arqueológico y Paleontológico de Tamajón, el Museo de las Botargas y Mascaritas de Almiruete y el horno vecinal de Almiruete, el Ayuntamiento de Tamajón va a crear un itinerario turístico “diferente, novedoso, atractivo e imposible de desnaturalizar, con algunos de los tesoros naturales y culturales de Tamajón y sus pedanías”, explica Eugenio Esteban, alcalde de Tamajón. Se unirá a los conocidos atractivos que, en este sentido tiene la villa serrana, un verdadero paraíso de la naturaleza y de la cultura.
Comentarios
Publicar un comentario