El CEO de ARGATACA analiza la base del toreo abordando la economía y management como eje fundamental para la consecución de festejos



La situación actual de la tauromaquia desde el punto de vista cultural, está en el punto de mira del propio sector, que ante la pasividad de la Administración, está sufriendo un notorio abandono desde los inicios de la pandemia en el marco de la actividad cultural y económica de la tauromaquia


Editorial |

Cabe destacar la impecable labor de la institución por excelencia que aglutina todos los entes que forman parte del sector taurino, como es la Fundación Toro de Lidia con proyectos como Giras de Reconstrucción, Liga Nacional de Novilladas, y el recién creado Instituto Juan Belmonte. Por otro lado, la Unión de Criadores de Toro de Lidia, tiene constantes propuestas que ponen sobre la mesa intentando un "mano a mano" con la Administración en materias de ecología, arquitectura verde y PAC, reconocimiento de la ganadería, y biodiversidad de la dehesa con el toro bravo como ejemplo evidente de sostenibilidad de uno de los ecosistemas por excelencia, que por climatología y orografía, España cuenta con una superficie de 300.000 hectáreas de dehesa catalogadas como espacio de alto valor natural.


Tauromaquia; concepto cultural considerado y enmarcado dentro de las bellas artes. Desde el punto de vista de este editorial, queremos abordar en este artículo un breve análisis de uno de los aspectos fundamentales que se deberían de reseñar más a menudo. Para nada comprometedor, pero sí con el ánimo de mejorar una economía sostenible y sostenida que fomente la puesta en escena de los festejos taurinos y populares en todo el territorio español. 


Revitalización e innovación en la gestión económica y management de la Fiesta Nacional

Conversar de revitalización e innovación en el sector cultural de las bellas artes, está siendo un punto de inflexión desde hace ya más de un año aproximadamente desde el inicio de la pandemia, que obligó a la cancelación total de festejos cuyo comienzo de temporada tiene su pistoletazo de salida en la localidad extremeña de Olivenza. Teniendo en cuenta el desarrollo de las nuevas tecnologías y la implantación de nuevos recursos que acercan al aficionado taurino y a los que no lo son para conocer el noble arte del toreo y cada una de sus vertientes artísticas; es vital conocer que no solo la tauromaquia se vive en el albero de una plaza de toros, implica muchos sectores, en los cuales el aporte económico es sumamente importante, como lo son la hostelería, moda y complementos, entre los más destacados.

Pero una estructura de este calibre, es importante también revitalizar las bases o pilares que sostienen todo un sector, como cualquier otro. En la correcta evolución económico - social de la tauromaquia, desde el punto de vista de este editorial que hoy abordamos, queremos poner sobre la mesa la gestión financiera que supone desde la Administración y de la propia empresa gestora de los cosos taurinos.

En primer lugar, la mayoría de las plazas de toros, como podemos poner ejemplo con la Monumental de Las Ventas de Madrid, son jurisdicción de instituciones como Comunidades Autónomas, Diputaciones Provinciales incluso Ayuntamientos. Desde este punto de vista económico, los cánones establecidos por la Administración para el arrendamiento a entidades gestoras privadas de las plazas de toros, deben de tener una reducción económica considerable y proporcional. Teniendo en cuenta que a nivel empresarial y de gestión para la propia Administración una plaza de toros - incluso en casos de que estén catalogados como Bien de Interés Cultural - es beneficio económico desde el principio, inclusive añadiendo subvenciones de patrimonio en cuanto a su conservación y preservación de Bienes Patrimoniales de interés cultural y turístico. Por ello, si se produjera la reducción del canon de cesión o alquiler, la empresa gestora taurina no desembolsaría tanto, por lo que podría invertir más en la realización de espectáculos taurinos; bien sea en una plaza de primera categoría, como en plazas de tercera categoría incluso en festejos populares originarios y tradicionales de muchos rincones de nuestros pueblos y de la España Rural. Así mismo, en el caso que nos atañe en cuanto a pandemia, la reducción de este canon implicaría costear una mínima feria cumpliendo con las normas de seguridad, higiene y de distanciamiento.

Por otro lado, la reducción de este canon que hemos abordado, y poniendo sobre la mesa otros gastos claramente evidentes en la organización de un festejo taurino, sea el cartel que sea, implican factores muy importantes como son personal de servicio y acceso, seguridad, veterinarios, industria cárnica, ganaderías y los maestros; novilleros, toreros, rejoneadores y recortadores.

En segundo lugar, la reducción de este canon, implicaría poder ofrecer festejos con todo tipo de reses y diversidad de encastes. En la actualidad, la cabaña brava en España junto a Portugal y Francia asciende a un total de 1000 ganaderías de las cuales sólo 155 están a ambos lados de la geografía española; 845 ganaderías de bravo en España.  Más de 300.000 hectáreas de dehesa, siendo el toro el guardián de la biodiversidad, con un censo de animales que roza las 200.000 reses actualmente, posterior al descenso del número de vacadas y bravos que los ganaderos han tenido que trasladar a matadero cárnico para poder apaliar una economía del campo bravo de urgencia tras la no consecución de festejos; astados cuatreños y cinqueños no es ninguna medida para torear un toro, pero una camada brava de mayor edad implicaría toros de mayor corpulencia, indómitos, fieros y por lo tanto peligrosos para su lidia. Sostener este tipo de animales de mayor edad, es inviable para cualquier ganadería dedicada a la cría de toro bravo.

Variedad ganadera, diversidad de encastes. Siendo la tauromaquia un espectáculo artístico y cultural después del fútbol, desde el punto de vista cultural, no nos podemos permitir que los Maestros se basen en torear unas pocas ganaderías, cuando en España existe una camada brava de 845 ganaderías. Todo astado es "toreable"; se entrecomilla puesto que parece contradictorio. Es decir, se conservan, sostienen, incluso se crean nuevos hierros ganaderos, pero luego se lidian  unas pocas que dicen que son "toreables". Torear es conocer encastes, estudiar morfología brava; todos los encastes son toreables. Debemos de tener en cuenta que incluso mismos astados de una misma ganadería tienen diferencias en cuanto a la querencia y carencia de cada uno de los pitones. El comportamiento del animal puede ser similar, o no, pero no se trata de un cliché para torear unos y no otros.

Clichés y... cachés; todos los Maestros se juegan la vida, indudablemente, desde el joven novillero a la gran figura. Muchos de ellos pagan por torear, para ser conocidos, porque a parte de una pasión convertida en profesión, quieren demostrar lo que quieren llegar a ser en los ruedos. Un apoderado no es un representante como tal, no, esto no es "Hollywood"; una persona que apodera es un mecenas de la cultura. Desde este punto de vista, si no se desembolsara tanto por parte de la empresa gestora en ciertos cachés que a veces se desvirtualiza en pasarela - con el mayor de los respetos -, y añadiendo la reducción de los cánones de las plazas, serían muchos los festivales en plazas de cualquier tipo de categoría, que mediante por bolsines o no, para dar a conocer a todos los jóvenes que sin excepción están en todas las escuelas taurinas de nuestra geografía, y buscan ser un referente en el mundo del toro, como los grandes lo hicieron cuando eran pequeños.



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