50 aniversario de Confirmación de Alternativa de El Niño de la Capea con toros de El Capea para la terna Pedro Gutiérrez Moya, Miguel Angel Perera y El Capea


No ha habido mejor ocasión que cumplir 50 años de alternativa en los ruedos y... volver a torear. Por eso, este pasado domingo 19 de junio en Gijuelo, Salamanca,  se ha celebrado la Corrida conmemorativa del 50º aniversario de alternativa de Dn. Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea"






Puesto el cartel de "No hay billetes", la plaza de toros de Guijuelo abrió sus puertas para esta cita tan especial con una terna de auténtico lujo; todo queda en familia: Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea", Miguel Angel Perera y Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea".




Así transcurrió la tarde del 50 Aniversario

En el primer astado de la tarde, el toro de su regreso, El Niño de la Capea lo recibió con templanza en una memorable serie de verónicas y su posterior quite que levantó los primeros olés de la tarde de su aniversario. Fueron numerosas las personalidades del toreo, que desde el callejón pudieron disfrutar de Pedro Gutiérrez Moya cuajando una faena a un toro lleno de nobleza con cierta querencia, pero El Niño de la Capea aprovechó para quedarse en el sitio, con capacidad, valor, temple y facultades marcando el compás de la embestida. triunfó también en la estocada y dió la vuelta al ruedo, desmembrando al astado, con sus primeras dos orejas y rabo. 

El segundo de la tarde fue un toro noble, con mucho ritmo en la embestida. Miguel Angel Perera le recibió con un elegante y emblemático capote. Una faena muy cuidada, elegancia en cada embestida buscándole el humille y prolongando la embestida a medida que el toro se venía arriba. Trasteo de clásica torería en la que destacaron los naturales. Posterior a una bonita estocada, paseó dos orejas. 

El tercero de la tarde se vino arriba, resultando nobleza. El Capea, hijo de Dn Pedro Gutiérrez Moya, armó una faena de largo metraje pero interesante contenido que fue prolongando poco a poco la embestida. Fue rematada de una elegante estocada y un descabello paseando posteriormente las dos orejas. 

Memorable fue la faena de El Niño de la Capea al cuarto de la tarde, último de su lote; astado con nobleza y estrecho de sienes con el que maestro cuajó una obra de arte en los alberos de Gijuelo para el recuerdo desde el recibo de capa a pies juntos y un quite por delantales de sublime tauromaquia. Dos tandas con la derecha resultaron cumbre, muy encajado, marcando templanza y rematando los muletazos por detrás de la cadera. Con la izquierda hubo otras dos series memorables. El toreo puro de El Niño de la Capea, que tras pinchar en alguna que otra ocasión, pudo pasear una oreja en su tarde de cumpleaños taurino. 

Miguel Ángel Perera paseó también dos orejas en el quinto de la tarde, segundo de su lote, en el que el extremeño se introdujo prácticamente entre los pitones. De encaste Murube, Perera estuvo casi sin espacio marcando con temple la embestida en una clase de taurología dominando los terrenos del toro. Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea" brindó la faena del sexto de la tarde a su padre, antes de cuajar una excelente faena, principalmente por el pitón izquierdo. Lo recibió el diestro de rodillas y equilibrando la embestida con el toreo al mismo son, remató hasta el final recibiendo por parte del público dos orejas. 


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