Joven, con estudios superiores y diversidad de profesiones, así es el perfil de la mujer cazadora en España


Joven, con estudios superiores y diversidad de profesiones, así es el perfil de la mujer cazadora en España. Este miércoles se ha presentado el primer estudio sobre la mujer cazadora en España, elaborado por Fundación Artemisan y la Universidad de Extremadura



 

Durante la jornada, diversas mujeres han compartido sus experiencias y opiniones sobre la actividad cinegética. Las mujeres cazadoras en España son jóvenes, menores de 40 años, tienen estudios medios superiores y tienen gran diversidad de perfiles profesionales. Así se desprende del primer estudio sobre la Mujer Cazadora en España, realizado por Fundación Artemisan y la Universidad de Extremadura.

El estudio se ha presentado este miércoles en la jornada ‘Mujer y Caza’, que ha tenido lugar en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, y que, además de la presentación del estudio, ha acogido dos mesas de debate en las que mujeres cazadoras con distintos perfiles profesionales y sociales han compartido experiencias y opiniones sobre la actividad cinegética.

En España se estima que hay unas 11.000 mujeres cazadoras, un número que no deja de aumentar en los últimos años, tendencia que se viene reproduciendo además en distintos países. Una incorporación que está siendo determinante para asegurar el futuro de la caza y el relevo generacional. De hecho, el número de licencias federativas de mujeres se ha cuadruplicado en los últimos diez años. 

Entre los resultados del estudio, destaca que la mayoría de las mujeres cazadoras tiene menos de 40 años, tiene estudios secundarios o terciarios y gran parte de ellas están cursando estudios universitarios. Además, presentan una gran diversidad de perfiles profesionales. 

La caza es una actividad de ocio para la gran mayoría de mujeres, que practican principalmente caza mayor, empleando para ello unos 50 días al año. Entre otras cuestiones, las mujeres valoran de la práctica cinegética los aspectos relacionados con la conservación y el ocio, considerándola una oportunidad para estar en contacto con la naturaleza, así como para disfrutar del campo junto a familiares, amigos y perros de caza.

Además, del estudio se desprende que la gran mayoría de cazadores son favorables a transmitir su afición a hijos e hijas por igual, aunque cuando las cazadoras son las madres, se incrementa la probabilidad de que sus hijas también lo sean, convirtiéndose así en un importante transmisor de la actividad de generación en generación.

También destaca el importante papel de los medios de comunicación y las redes sociales en la difusión de la incorporación de la mujer a la caza y cómo esta presencia está contribuyendo a mejorar la imagen de la caza de cara a la sociedad, así como para proyectar la contribución ambiental, económica y cultural de la actividad.

Cabe señalar que la mayor parte de los encuestados durante el estudio, tanto hombres como mujeres, afirman estar a favor de que siga aumentando la incorporación de la mujer al mundo de la caza y además señalan que no existe discriminación de género dentro de la actividad. 

Entre los retos principales detectados se encuentra mantener la tendencia de aumento del número de cazadoras más allá de la propia actividad, llegando también a cargos directivos y de responsabilidad en las distintas asociaciones, organizaciones y entidades del sector.

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