Morante de la Puebla hace historia en la Real Maestranza de Sevilla; dos orejas y el rabo al cuarto de la tarde, "Ligerito" de Domingo Hernández



Hoy ha llovido en Sevilla; no eran gotas cualquiera. Eran lágrimas de emoción que caían del cielo y brotaban de la tierra. Real Maestranza de Caballería de Sevilla; niebla sobre la esfera de los relojes, el minutero se ha parado de por vida. Y la veleta maestrante... apuntaba hacia el Maestro de la Puebla del Río



Editorial |

Cuarto de la tarde; ‘Ligerito’, con número de lote 82 y de capa negro, de la acreditada ganadería Garcigrande - Domingo Hernández. Toro de hechuras casi idénticas al primero que abría esta tarde de feria. Fino, largo y acodado de pitones. Y el Maestro de la Puebla del Río lo recibió con un buen par de faroles, cuajando después un serial antológico con el capote; único e indescriptible. Con cadencia caracterizada, profundidad... apostando por la mano baja y ajustando al máximo. Y la música arranca con el público en pie. Totalmente entregado, lo lleva a la verónica en una serie de línea morantista, como debe ser.
El toro entra sólo, enganchando hacia adelante y culminando en tafalleras. Y el público en pie, mientras deja al toro con una larga cordobesa. Quite de Diego Urdiales a la verónica, dejando dos grandes medios. Y vuelve Morante a la réplica; quite por gaoneras, con la pierna hacia adelante, cargando la suerte, invadiendo la trayectoria y el terreno del toro. 

Elegante muleta y ajustados ayudados por alto, hasta sacarse al toro en los terrenos del tercio. Sigue hacia los medios, con un toro de distancias cortas. Mejora la embestida con muletazos rotos, siempre hundido en la arena, clavado en el ruedo; entregado en la suerte, y el peso del cuerpo cargando sobre la pierna de salida. Naturales que marcan su trazo en la arena, pura belleza sobre el albero, enganchando las embestidas muy adelante, y tirando de la embestida con trazo más largo.

Maestría sobre la diestra, con ligazón, y sin perder los pasos, al tempo sublime y ayudado por lo alto. Llega el momento; la más noble de las justas, toro y torero. Morante de la Puebla hace la faena de su historia en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. histórico; desmembrado el astado y el público pide más. La presidencia concede el rabo a los clamores de ¡Torero, torero! La Maestranza a sus pies, rendida, pasión a raudales en la Feria ansiada.

Se abre la cancela; suena la aldaba... la Puerta del Príncipe se abre para sacar a hombros de Sevilla al cielo a Morante de la Puebla

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