Albarracín, el pueblo más bonito de España que la UNESCO quiere convertir en Patrimonio de la Humanidad


La capital, Albarracín, se considera uno de los pueblos más bonitos de España. Es una visita obligada para la gente que viene de fuera y un sacrilegio ser de Aragón y no pasar al menos una vez en la vida. No deja indiferente a nadie. Ya lo decía el ilustre escritor Azorín: “Visite uno de los pueblos más bonitos de España, visite Albarracín”






Su belleza inunda toda la sierra y de esta zona emerge el cauce fluvial más largo de la península ibérica. Sus parajes naturales preservan en su interior arte rupestre declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este territorio es todo un paraíso de la micología.

El pueblo medieval tulorense fue declarado Monumento Nacional en 1961 y ya se ha propuesto para ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En su patrimonio histórico-cultural conserva murallas del siglo XIV, el palacio episcopal, el castillo, distintas torres (el Andador o la Muela), la catedral del Salvador y la Casa Consistoral. Más allá de estos edificios emblemáticos, pasear por sus calles es teletransportarnos a la Edad Media, mucho más efectivo que leer un libro o ver una película ambientada en esa época, es sentir la forma de antaño en cada poro de tu piel.

Cara momento vivido allí es único, con recuerdos que quedarán impregnados para siempre en tu memoria. Casas de color rojizo, como la popular casa de Julianeta o las imponentes casas colgantes a orillas del río Guadalquivir.

Sus atractivos continúan con la subsede del Territorio Dinópolis dedicado al mundo de los fósiles y los mares prehistóricos: Mar Nummus. Los niños se divierten como nunca en el Museo del Juguete, que enseña la evolución de los juguetes desde el siglo XIX hasta los años 70.

En la Sierra de Albarracín nace el río más largo de la Península Ibérica. El cauce del río Tajo se produce a 1.600 metros de altitud para recorrer 1.000 km de España y Portugal hasta su desembocadura en el vestuario del mar de La Paja (Lisboa). Se encuentra cercano a la localidad de Frías de Albarracín. Allí hay un monumento digno de ver, que homenajea a las tres provincias en las que fragua: su “torito” simboliza Teruel, la estrella y el cáliz son la representación de Cuenca y el caballero es Guadalajara.

Este es el punto de referencia para comenzar rutas de senderismos muy recomendadas. Las más destacadas son la ruta GR10.1 y el paseo de la carretera en los Montes Universales. Los amantes del senderismo no pueden resistirse ante una atmósfera plagada de naturaleza, pinos y carreteras solitarias. Sacan fotos, se ponen en forma y se pierden en la inmensidad del firmamento. La tranquilidad se siente en las proximidades del nacimiento del río Tajo. Sin duda, el tesoro mejor guardado de Aragón.


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