Un estudio de Fundación Artemisan, publicado en la revista científica ‘Avian Research’, demuestra cómo fenómenos meteorológicos extremos afectan a las poblaciones de aves y cómo la gestión en los cotos ayuda a paliar sus consecuencias
La borrasca 'Filomena', que afectó al centro de la península ibérica en enero de 2021, con especial incidencia en Madrid, tuvo importantes consecuencias en las poblaciones de aves cinegéticas, según demuestra un estudio realizado por Fundación Artemisan y publicado en la revista científica ‘Avian Research’.
El estudio demostró que los fenómenos meteorológicos extremos suponen un gran riesgo para las especies de aves silvestres, provocando diferentes efectos en función de la severidad de los eventos y de la capacidad de las especies para soportar o escapar de las duras condiciones; así como de la gestión llevada a cabo en los cotos para ayudar a paliar esta situación.
Para llevar a cabo el proyecto, se evaluó la situación de las tres especies de aves cinegéticas más ampliamente distribuidas en la comunidad madrileña: la perdiz roja, la paloma torcaz y la urraca, gracias a la financiación de la Comunidad de Madrid, región escenario del estudio.
Para ello, se compararon las abundancias de las tres especies antes y después de la borrasca ‘Filomena’, calculando el Índice Kilométrico de Abundancia (IKA), a través de transectos de unos 10 km. de longitud en 41 cuadrículas UTM 10x10km.
Los muestreos se llevaron a cabo durante los meses de febrero y marzo de 2020 y se repitieron con la misma metodología y en las mismas fechas un año más tarde, justo después del paso de Filomena. Además, se recopilaron datos de capturas de las tres especies en las temporadas cinegéticas 2019-2020 y 2020-2021, para evaluar variaciones en la presión cinegética que pudiesen afectar a los resultados.
Especial atención a especies sedentarias como la perdiz roja
Según el estudio, la abundancia de perdiz roja pudo verse afectada negativamente ya que, aunque los resultados no mostraron diferencias significativas en sus abundancias entre las dos temporadas de muestreo, la presión cinegética se redujo en más de un 50 %. Por tanto, cabría esperar que las abundancias, en ausencia de Filomena, habrían sido superiores.
En el caso de la paloma torcaz, no se mostraron diferencias significativas en su abundancia y la presión cinegética apenas se redujo un 2 %, lo que podría indicar que las torcaces hicieron una “fuga de tempero”, es decir, se desplazaron a zonas menos afectadas en busca de alimento y refugio y, después, volvieron a sus territorios habituales.
Por su parte, la urraca tampoco mostró diferencias significativas en su abundancia y la presión cinegética se redujo un 16 %. Sin embargo, las abundancias encontradas en los muestreos de 2021 sugieren que la especie tendió a agregarse en mayor número en zonas quizá más favorables para soportar las condiciones meteorológicas.
Programas de monitorización y medidas de gestión
En este sentido, el estudio apunta a la necesidad de prestar especial atención a las especies sedentarias, como la perdiz roja, que no pueden desplazarse tanto como las urracas y las torcaces, y apuesta por seguir potenciando programas de monitorización para comprender mejor los efectos de este tipo de eventos para la toma de medidas de gestión adecuadas.
Por ello, Fundación Artemisan agradece a los más de 2.000 usuarios registrados en el Observatorio Cinegético, la herramienta de monitorización de fauna silvestre más importante del país, la colaboración que están prestando desde su puesta en marcha y que permite tener una información de valor incalculable para garantizar la conservación de las especies y el futuro de la caza.
Además, la entidad considera de vital importancia las medidas de gestión puestas en marcha en los cotos de caza, como el aporte de alimento, puntos de agua o la adecuación de la presión cinegética; especialmente ante fenómenos como el estudiado, que pueden ayudar a la supervivencia de las especies silvestres en condiciones extremas.
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