In memoriam, un legado detrás y delante de la mítica barra Hevia en la milla de oro madrileña


Es él, ¡indudablemente! Mucho más que un tabernero de lujo, y el número 118 de la calle Serrano de Madrid es el rincón por excelencia de su amor, cariño y pasión; familia, gastronomía y su gente. Un trinomio que atesora la excelencia y elegancia de más de tres generaciones, y sus hijos buscan la perfección en cada emplatado para enamorar con el maridaje perfecto





Editorial |

El afamado letrero azul de la taberna de los ahumados, Hevia; un icono emblemático de la cultura gastronómica en la milla de oro madrileña. Él; esa persona buena, cariñosa, quien tanto sonreía en cada plato, con toda amistad y procuraba que cada comensal disfrutara como en casa. Ismael Martín "Hevia", nos ha dejado en la tarde de ayer subiendo al cielo de los valientes, pero su alma y sus platos siguen más vivos que nunca.

La viveza se transmite por su cercanía y así lo expresan sus hijos, que, con orgullo, cada día abren la puerta con la llave antigua de forja moldeada a fuego lento; una oda a la villa toledana de su padre, San Martín de Pusa, donde maestros artesanos han forjado la historia para perdurar en el tiempo.

Y ya van tres; Hevia, la joya de la corona donde reina clasicismo y perfección; Bar H emblemático, un canto al azul en homenaje a los bares buenos; y el trío de ases, Martín Tostón, cervecería de lujo que rinde tributo a su padre. Ya son 60 años de arte culinario que guarda armonía y equilibrio en el maridaje perfecto del vino de la casa, Hevia, elaborado con las mejores uvas de Tempranillo por la prestigiosa bodega riojana Martínez - Lacuesta.

In memoriam, de nuestro equipo y familia para nuestro gran amigo Ismael

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