El Gran Museo Egipcio de El Cairo se inaugura con la mayor colección del mundo dedicada a la civilización del Antiguo Egipto


Egipto ha inaugurado el Gran Museo Egipcio (GEM, por sus siglas en inglés) al pie de las pirámides de Giza, un evento histórico que supone la puesta de largo de la institución, que comenzó su construcción hace casi dos décadas y está abierta parcialmente desde 2023




Editorial |

"Estamos escribiendo un nuevo capítulo de la historia del presente y del futuro de este antiguo país (...) Os hemos invitado a venir a esta tierra de paz y amor, y disfrutar de esta celebración para hacer de este museo una plataforma del diálogo, un destino para el conocimiento y un puerto para la humanidad. También que sea un faro para los amantes de la vida que creen en la humanidad", ha expresado el presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, en la gran explanada del edificio, donde las autoridades han organizado un espectáculo faraónico.

La ceremonia de apertura ha comenzado a las 19.00 hora local con la llegada de los invitados de honor al recinto especialmente habilitado en el exterior del museo, entre los que ha habido 39 jefes de Estado, reyes y príncipes de todo el mundo, entre ellos Felipe VI en representación de España, así como representantes de otros 40 países.

Unos ultraligeros han sobrevolado el recinto museístico con el mensaje "Bienvenidos a la tierra de la paz" mientras los líderes posaban para la foto de familia antes de ingresar al escenario principal entre fanfarrias.

Cientos de figurantes ataviados como antiguos egipcios se han multiplicado por el museo y por los muchos otros lugares repartidos por todo el país y por el resto del mundo, conectados en tiempo real por la realización del evento.

De hecho, la primera parte de la ceremonia se ha centrado en recordar la universalidad del Antiguo Egipto y la cooperación internacional y ha conectado en primer lugar con una orquesta en Japón —país que financió la construcción del GEM—, para luego pasar por París, Rio de Janeiro y Nueva York.

En segundo lugar, bajo la premisa de que "el poder se mide en ideas, no en armas" y de que "la paz de hoy es la civilización del mañana", la ceremonia se ha centrado en resaltar los aspectos culturales y la diversidad de Egipto, con enlaces a Luxor, Asuán, las iglesias del barrio copto de El Cairo y el corazón del barrio islámico de la capital egipcia.

Tras el discurso de Al Sisi, se ha realizado la ceremonia formal en la que el presidente egipcio ha puesto la última piedra de la construcción, que se ha encendido, con la idea de que "el silencio de las piedras no solo recuerda el pasado, sino que ilumina el futuro".

Luego, con la figura de un niño como hilo conductor, se han ido presentando las joyas que se exhibirán en el museo, desde los colosos de Ramsés II hasta las barcas de Keops, que han aparecido flotando en el cielo de la noche egipcia.

El fin de fiesta lo ha propiciado Tutankamón, cuya máscara mortuoria de oro puro y el resto de su ajuar funerario se exhibirán de ahora en adelante en el Gran Museo Egipcio como pieza central en la historia de la egiptología.

Su imagen sobre el cielo ha servido para cerrar el homenaje, dar pie a una lluvia de fuegos artificiales y dar paso a una visita privada de las autoridades al museo, fuera de la vista del público.




El orgullo egipcio para la humanidad

El despliegue para esta ansiada ceremonia corresponde al interés que tiene el Gobierno del país árabe en trasladar al mundo el mensaje de que, pese a las enormes dificultades que ha sufrido en las últimas décadas, Egipto no es sólo capaz de superar dificultades, sino además hacerlo con un enorme proyecto de escala global.


El GEM ya lleva abierto parcialmente desde hace más de dos años, en los que ha ido afinando sus capacidades para atender al público -que se espera que llegue a unos 15.000 visitantes diarios- mientras se culminaban las obras de infraestructura en su entorno.

También se estaba aguardando a una situación propicia para el evento, en un contexto del conflicto en Oriente Medio y crisis económicas y políticas que ya obligó a posponer la inauguración en varias ocasiones, la última el pasado mes de junio, cuando los bombardeos israelíes sobre Irán aconsejaron dejar la fiesta ya anunciada para otro momento.


La reapertura del GEM abrirá sus puertas al público el 4 de noviembre

Tras la ceremonia, el Gran Museo Egipcio reabrirá sus puertas al público el 4 de noviembre, donde los visitante serán recibidos por la monumental estatua de once metros de altura en granito de Ramsés II, el faraón que reinó en Egipto durante casi siete décadas hace más de 3.000 años.

El museo ocupa una superficie de 500.000 metros cuadrados, el doble que el Museo del Louvre y dos veces y medio más que el Museo Británico, de los cuales 167.000 metros están edificados.

La entrada costará entre los tres y los 26 euros (para extranjeros adultos), y está previsto que atraiga unos cinco millones de visitantes anuales para consolidar a Egipto como referencia del turismo cultural, del que depende en gran parte su economía.


Un tesoro sin precedentes con siglos de historia

Más de 100.000 vestigios del Antiguo Egipto
El museo alberga más de 100.000 vestigios del Antiguo Egipto, lo que convierte su colección en la mayor del mundo dedicado a una sola civilización.

Entre los tesoros de treinta dinastías en 5.000 años de historia, el de Tutankamón despierta especial interés. Descubierto en 1922 en una tumba intacta del Valle de los Reyes, en el Alto Egipto, sus cerca de 5.000 objetos funerarios se reúnen por primera vez en un mismo espacio.

Egipto aprovechará los fastos para estimular el turismo y mejorar sus posición en el tablero geopolítico a través de lo que se conoce como diplomacia blanda. De hecho, para su Gobierno, la selecta asistencia a la ceremonia "refleja el interés internacional en la visión del Estado egipcio de combinar la riqueza del pasado, la creatividad del presente y la prosperidad del futuro, y confirma la posición única de Egipto como puente civilizatorio entre todos los pueblos del mundo que aman la cultura y la paz", en palabras del portavoz de la presidencia del país árabe, Mohamed al Shenawy. 

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